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De nuevo hoy podía catalogar el día como malo, estaba estresado, con dos regaños de sus profesores, el primero por llegar tarde y el segundo por parte de su profesor de arquitectura cuando no entregó el trabajo.

Por si no fuera poco tenía hambre, algo que no le sorprendía desde que empezó el tercer semestre de universidad y la carrera le exigía más había dejado de comer, si comía tres veces al día sería un milagro, aveces solo comía una o dos veces si es que comer sopas instantáneas y comida para llevar era bueno.

Si su padre lo viera así ya lo habría regañado, Liam lo extraña, su padre era la única familia que tenía, no conocía a nadie más y cuando falleció fue un duro golpe emocional para el, a sus 17 años empezó a ser más independiente.

—Hola Lee.—Liam levantó su vista de la dona. Limpio el chocolate de sus labios con la servilleta y miró a su compañera da trabajo, el turno de Liam empezaba en 10 minutos, por lo que estaba en la parte trasera comiendo algo.

—Hola Lorie.—Saludó y dio un sorbo a la leche en caja que había comprado, si, no es una buena comida para ser lo único que va a tener en todo el día hasta las 8 de la noche.

—Entró alguien nuevo, quería saber si lo puedes capacitar.—Mordió su labio mirando con súplica al castaño.—Yo lo haría, pero hoy tengo turno de caja, o puedes cambiar conmigo.—Liam dio otra mordida a su dona y miró a la chica.

Si cambiaba tendría que estar parado, justo como ayer y no tenía ánimos para eso, por lo contrario tendría que estar detrás de alguien, ninguna sonaba placentero. Soltó un suspiró y asintió.

—Cuando acabe esto voy para que me presentes al nuevo.—Alzo su dona y la chica le sonrió regresando a la parte delantera de la tienda.

Dio los dos últimos mordiscos a su dona y su último sorbo de leche antes de botar su basura al bote. Sacó su camisa de su mochila e hizo una mueca al ver lo arrugada que estaba, si su jefe lo veía seguro lo regañaria.

Sin tiempo para hacer algo mejor solo la sacudió y sacó su suéter y playera para ponerse la otra. Soltó un gran bostezo y un suspiró, estaba muy cansado su semana fue un completo desastre, pero por fin era viernes y al día siguiente no tendría que ir a la escuela ni al trabajo.

Salió de la parte trasera metiendo un chicle a su boca y sonriendo a la chica que revisaba una playera. Se acercó hasta cajas y mirando a Lorie atender a una mujer.

—Esta en el área de perfumes.—Le dijo la chica apenas dándole una mirada y una sonrisa de disculpa. Liam asintió y dio media vuelta para ir al lugar mencionado.

La tienda no era muy grande, pero en realidad tenían muy buenas ventas. Miró a un chico de espaldas con la camisa de la tienda y se acercó tocando su hombro.

—Hola, tu debes ser el nuevo.—Le dijo con una pequeña sonrisa. Por su parte el chico miró con disgusto el área que había tocado.—Soy Liam Payne, seré quien te ayude a adaptarte.—El alto chico solo asintió.

Liam no iba a negar que era muy guapo, su negro cabello, Liam se imaginaba que un cuervo sería de ese color, sus ojos parecían dos dimensiones, eran tan hermosos que podrías perderte mirándolos, sus largas persañas que los adornaban, su fina nariz, sus rosados labios, su tono de piel y si altura, Liam no era una persona baja, pero ese chico debía sacarle al menos unos 15 cm.Liam se aguanto un suspiró y le dio una sonrisa.

—Soy Zayn.—Liam mordió el interior de su mejilla al escuchar la gruesa voz.

—Bien, lo primero que necesitas es un gafete de identificación.—Asintió y se dio la vuelta esperando que el lo siguiera.—Creó que Madisson podría darte uno, tal vez ya te lo explicaron...,—Liam empezó a hablar sobre todo lo que se hacía ahí.

Zayn miraba la espalda del chico con aburrimiento, a él no podría importarle menos esto, pero de alguna forma tenía que cuidar al bastado hasta averiguar si era una especie de hermano, el solo pensarlo le sacó una mueca.

Pero prefería ser un humano que un gato, como Caleb quien había perdido para negociar quien sería el gato que Liam llevaría a casa.

—...Al final del día se hace recuento de dinero, por lo que si estas en cajas y tienes turno de la tarde podrías salir al menos una hora después.—Zayn miró de nuevo al chico y asintió cuando este lo volteo a ver, aunque no había prestado atención a su hablar.—Eso es todo lo que tengo que explicarte, hoy estaré todo el día contigo.—Zayn hizo una mueca de desagrado al ver la reluciente sonrisa del castaño. ¿Como podía sonreír así después de que tuvo un mal día? Creía que todos los bastardos tenían ese don, Percy, el hijo bastardo de Poseidon era igual de positivo, lo odiaba.

—Bien.—Dijo a secas.

[...]

Liam suspiró cansado, el chico nuevo podía ser muy guapo incluso llamando la atención de Madisson quien tan pronto como lo vio empezó a coquetear con él,  pero era demasiado seco y grosero. Demasiado cansado estar con él, y no sólo era eso. Liam sentía algo pesando en el moreno, era como si un aura oscura lo en volviera y el ambiente donde estuviera lo oprimiera, pero Liam no era muy creyente de esas cosas.

Cerró los ojos al sentir el cómodo sillón de su departamento. Tenía hambre, pero estaba más cansado que eso, así que al ser apenas las 7 podría dormir una hora y levantarse a cenar.

Pero sus planes se vieron arruinados al escuchar su teléfono de visitar. Con un grito de frustración se levantó arrastrando los pies y camino hasta la cocina donde descolgó.

—¡Hola Lee!—Alejo el aparato de su oído al escuchar la chillona voz de Christian.—Abrenos, traemos pizza, una botella de vodka y hamburguesas.—Liam hizo una mueca, pero podría aprovechar que trajeran comida.

Apretó el botón del aparato y escucho el grito de alegría que soltó el rizado del otro lado. Sin decir nada colgó y camino hasta la puerta para abrirla.

No saparon más de dos minutos para que su departamento se llenará de voces. Abrió los ojos y miró sobre el sofá.

—Hola cariño.—Larissa, una chica que conocía desde la preparatoria se acercó y dejó un sonoro beso en su frente.

—Hola pequeño.—Carime, novia de Larissa dejó otro beso en su frente y ambas se dirigieron a su cocina.

—Lee.—Christian, a quien consideraba su mejor amigo, no sólo por conocerlo desde el jardín de infantes, también porque era la persona que más había estado para él en cualquier momento, incluso cuando salió frente a su papá o cuando tuvo su primer corazón roto, demostrando que una amistad de  hetero y gay podía funcionar.

Revolvió su cabello y siguió en camino de las otras dos chicas.

—Te juro que yo no les conté.—Dijo Louis alzado las manos de forma inocente. Liam sonrió porque le creía, Louis era la persona a quien le confiaría cualquier cosa y no diría nada.

Tal vez pasar tiempo con sus amigos no este tan mal, solo necesita relajarse por su mala semana.

Cuándo abrió los ojos miró a Louis con los puños fuertemente apretados, su ceño fruncido y parecía que le quería gruñir a algo, Liam miró la dirección que miraba a su lado el sofá vacío y frunció el ceño confundido.

—Olvidé mi celular en el auto, ahora vengo.—Dijo con voz grave, algo raro en él.

—Lleva mis llaves para que no toques.—Escucho una afirmación por su parte y salió.

DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora