-¡___(tn)!
Es lo primero que escucho al entrar. Armin corre a abrazarme con una cara de alivio.
-¿Dónde estabas? ¡No me vuelvas a asustar así! - me regaña Armin- ¡Dios, que felicidad que estes bien! En serio estaba muy preocupado por ti.
-¿Pero qué te pasa? Casi nos matas de un susto - dijo Mikasa un poco molesta - ¡Creímos lo peor! ¡En serio no nos vuelvas a asustar así!
-Chicos, cálmense por favor - les sonreí tímidamente - estoy bien, en serio.
-¿Dónde pasaste la noche? - preguntó Armin preocupado.
-Tu vestido está todo sucio y tu pelo mojado - observó Mikasa.
-No quiero hablar de...
-¡___(tn)! - me interrumpió Eren.
Horrorizada vi como bajaba las escaleras y se acercaba para abrazarme.
-¿Estás bien, amor? - preguntó mientras acariciaba mis mejillas.
-No me toques - murmuré apartando bruscamente sus manos.
Eren comenzó a mirarme con tristeza, y después de unos segundos se fijó en las marcas en mi cuello.
-¿Dónde estabas? - preguntó seriamente.
-¿Y a ti qué te importa? - respondí ignorándolo y subiendo a la habitación para empezar a empacar - ¿Chicos podrían ayudarme a empacar?
-¡Váyanse de aquí, ahora! - les gritó Eren.
-No nos iremos a ningún lado, ___(tn) nos necesita - dijo Armin con determinación.
Seguí subiendo y noté que los tres me seguían.
-Te lo preguntaré por última vez, ¿dónde mierda estabas? - dijo Eren tomándome fuertemente por el brazo.
-¡¿Pero qué mierda te pasa?! - gritó Armin enojado.
-Eren, déjala - dijo Mikasa asustada.
-No tengo que responderte nada.
Eren me llevó a rastras hacía la pieza y cerró con llave la puerta. Armin y Mikasa estaban golpeando la puerta y amenazando con llamar a la policía si me hacía algo.
-¿Qué mierda son esas marcas? - dijo acorralándome contra la pared - ¿Dónde estabas?
-¿Qué mierda te pasa? ¡Suéltame! - intenté soltarme pero me era imposible.
-¿Con quién te acostaste? - preguntó enojado.
No contesté y desvié la mirada.
-¡¿Con quién mierda te acostaste?! - gritó tomando mi cara y obligándome a mirarlo.
-No lo sé - contesté asustada.
-¿Qué significa eso? - preguntó molesto - ¿Te acostaste con alguien que conociste anoche?
-Eren... tú no eres nadie para juzgarme, por favor suéltame - murmuré despacio.
Me soltó y corrí a tomar una mochila donde eché un poco de ropa, cosas de higiene, dinero y todo lo necesario para vivir fuera unos días de aquí. Algo estaba claro, no volvería a esta casa si estaba Eren. Tendré que volver otro día a buscar todas mis cosas.
-No pongas esa cara - su voz sonaba más tranquila que hace unos segundos.
-¿Qué? - pregunté de repente.
-Tienes cara de asustada.
-No es para menos, aún no puedo creer como me trataste.
-Lo siento, los celos nublaron mi mente... Solo pensar que pasaste la noche con alguien más me hace enojar demasiado.
-Eren, ¿si te das cuenta que tú me engañaste primero? ¡Y en menos de una hora de casados! - reí incrédulamente - No quiero siquiera pensar hace cuanto tiempo lo haces, sé que me dolerá enterarme.
-¿Crees poder perdonarme? - se acercó e intentó abrazarme.
-No lo sé Eren, por el momento no puedo - dije apartándome de él.
-¿Dónde irás ahora? ¿Con Armin?
-Es lo más probable - cerré la mochila y me giré hacia él - Por favor dame mi espacio, no quiero verte por un buen tiempo. Necesito pensar y tranquilizarme.
-¿Cuánto tiempo?
-No lo sé, el necesario para recuperarme de una relación de 7 años que fracasó de la peor manera posible.
-Aún podemos salvar esto ___(tn) - tomó mis manos.
-Eren, yo quiero el divorcio - me aparté de él - el tiempo que me tomaré ahora es solo para calmarme y pensar con la cabeza fría todo, pero dudo cambiar de opinión respecto al divorcio.
Giré la llave de la puerta y salí de la habitación, Armin y Mikasa me abrazaron en cuanto salí y me analizaron de pies a cabeza para ver si Eren me había hecho algo.
-Tranquilos, estoy bien - dije.
Me subí al auto y me dirigí a casa de Armin.
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Un amor inesperado (Levi x reader)
Hayran KurguMiro la botella medio vacía frente a mí y comienzo a reír tristemente. -Así no es como quería pasar mi noche de bodas - digo para mí misma un poco más fuerte de lo que planeé, mientras unas lágrimas se deslizaban por mi rostro. Al otro extremo del b...