"Perhaps love" - (Theo James/ Dylan O'brien)

Capítulo 33

*No P.O.V*

Los días siguientes no fueron nada fáciles para Donna y Theo. Cada vez que se veían por los pasillos del instituto, apartaban la mirada. Cuando les tocaba juntos en alguna clase, evitaban a toda costa que el profesor los juntara para hacer algún trabajo.

Donna se había llevado un gran disgusto cuando escuchó comentar a Daniela, un día que estaba hablando con Theo, lo preocupada que estaba su hermana Maia al no haber recibido ninguna llamada del chico en una semana. Theo  le dijo que no había podido ya que había perdido su celular cuando fue secuestrado un viernes por la tarde. Todo el instituto ya estaba enterado y veían a Theo como un héroe. Por alguna extraña razón que aún no lograba comprender, Donna se sintió aún peor, cuando escuchó a Theo hablar con Maia a través del celular de Daniela. Sin embargo, esta vez Theo no se notaba tan feliz de estar hablando con Maia como veces anteriores, sino se le veía cansado y hasta aburrido de estar manteniendo esa conversación.

Las clases habían terminado, y como cualquier viernes por la tarde, Donna y sus amigos habían decidido salir juntos ya que hace tiempo que no salían en grupo. Cuando se dirigía a la salida escuchó el sonido de las teclas de un piano. Ya que probablemente estaba cerca del salón de música y no demoraría nada en echar un vistazo, consideró ir un rato y escuchar más de cerca. La melodía era hermosa y como buena apreciadora que era del arte, sin que pudiera evitarlo sus pies ya la estaban llevando hacia el salón de música.

Al llegar, se quedó un rato en la puerta. La canción era tan triste que se apiadó al instante por la persona que estuviera tocando en ese momento. Pareciera como si se hubiera resignado a perder a alguien y ahora intentará llegar a esa persona a través de la música. O bueno, al menos eso era lo que pensaba, Donna. Estaba indecisa, por una parte quería abrir la puerta y descubrir al chico o chica que estuviera tocando eso y darle un abrazo, pero por otra parte, creía que sería muy inoportuno y hasta maleducado, haber estado escuchando a escondidas, y como si fuera poco interrumpir a la persona. Donna seguía sin saber que hacer cuando escuchó como la tapa del piano se cerraba. Quien sea que hubiera estado tocando, ya había terminado. Y pronto saldría por la misma puerta en donde estaba pegado el oído de Donna. Donna solo tenía segundos para salir de ahí antes de ser descubierta. En el mismo momento en el que la puerta se abrió, Donna alcanzó a esconderse detrás de la máquina de bebidas. Deseaba con todas sus fuerzas que la persona no volteara hacia donde ella estaba, porque sería un poco complicado explicar que demonios hacía escondida detrás de la máquina llena de jugos de todo tipo. Para suerte de Donna, la persona empezó a caminar por el lado opuesto al que ella se encontraba. Así que con más confianza, decidió echar un vistazo. Sus ojos no podían creer lo que estaban viendo, era Theo, la persona que la había echo sentir mal con tan solo oírlo tocar, había sido Theo.

Theo era la persona que tocaba una sonata triste.

A pesar de que Theo ya se había ido, Donna seguía detrás de la máquina, necesitaba analizar todo lo que había ocurrido. ¿Entonces era verdad lo que Theo decía sentir por ella? ¿Había tenido que escuchar a Theo tocar el piano para saber que sus sentimientos eran verdaderos? Todo era muy raro para Donna. Y ese no era el momento adecuado para pensar, tenía que encontrarse con sus amigos.

Donna se había tardado más de lo debido, por lo que temía que la hubieran dejado sola, pero al salir del instituto pudo apreciar a un grupo de cinco chicos. Entre ellos sus cuatro amigos, y su novio Marcus.

- ¿Por qué has tardado tanto, amor? - Marcus se había acercado a Donna y ahora la rodeaba con sus brazos.

- Ah... - Donna se sintió un poco cohibida al tener los brazos de Marcus alrededor suyo, pero decidió no decir nada para no hacer sentir mal al chico. - Me quedé guardando algunas cosas en el casillero.