"Perhaps love" - (Theo James/ Dylan O'brien)

Capítulo 29

*Donna's P.O.V*

Mis ojos no dejan los de Theo hasta que vuelve a hablar.

- Ya no pienso mentir. Dije que estaba bien pero la verdad es que no me quiero quedar solo. No me gustan los hospitales.

La sorpresa es tan grande que cuando trato de decir algo, simplemente no puedo. ¿Desde cuándo Theo es así? Nunca había visto su lado débil, es decir, él nunca lo había permitido pero ahora...¿Por qué lo siento tan vulnerable?

- Yo... - Trato de hablar, pero no puedo.

- Eh...  - Theo mira su mano y poco a poco la va soltando. - Olvídalo, soy un estúpido. Mejor será que te vayas, debes de estar muy cansada.

La verdad es que si, lo estoy. Pero esta nueva faceta de Theo me ha dejado muy intrigada, ¿Me quedo? 

Veo a Theo una vez más antes de dirigirme a la puerta. Su mirada triste ahora observa el techo del hospital. ¡No, Donna! Solo vete, esto no te incumbe para nada. Mis manos están a punto de girar la manija, cuando escucho un suspiro. Theo acaba de suspirar. Y es ese maldito suspiro lo que me hace quedarme.

Diablos.

Doy media vuelta y vuelvo a sentarme en la silla, donde hace unos minutos estaba dormida.

- ¿Donna? - Theo me mira, está sorprendido de que me haya quedado. Saco mi celular y le escribo un mensaje rápido a Carla.

                                   * Carla, salí a visitar a un amigo al hospital. Volveré en un rato, no te                                                           preocupes. Besos, Donna.*

- Bueno, ¿Ahora qué? - Le pregunto a Theo.

- No entiendo... - Me dice. - ¿Te vas a quedar?

- ¿Quieres que me vaya? - Digo a la vez que empiezo a pararme de la silla.

- ¡No! - Theo me agarra el brazo y me vuelve a sentar. - Digo...está bien, gracias.

- Vaya, ¿Estoy hablando con el verdadero Theo Greenwood? - Theo sonríe.

- Si...¿Por qué?

- Porque ya me has dicho "gracias" más de una vez.

- ¿Y eso está mal?

- No, está bien. Está más que bien. - Le sonrío.

Me quito las sandalias y coloco mis pies en la cama.

- Lo siento, pero me duelen las piernas y quiero estirarlas por un rato, no te incomoda, ¿No?

- Claro que no, Donna. - Theo levanta un poco sus sábanas para que yo pueda meter mis pies ahí. - Aquí estarán más calientes. - Me dice a la vez que vuelve a taparlos con la sábana.

- Después de este incidente, espero que andes con más cuidado. - Le digo. - Tú sabes, tal vez deberías de conseguirte un guardaespaldas. - Le digo en broma.

- Ya tengo u... - Theo parece recordar algo pero se calla. - Si, tienes razón. - Se rasca la nuca.

- Ya que voy a estar acá por un rato...¿Por qué no me cuentas algo?

- Te estoy aburriendo, ¿No? - Me dice un Theo divertido.

- Por supuesto que no. - Theo me mira. - ¿Tal vez un poco?

- Si, bueno no puedo hacer nada en este estado. - Se mira. - Aunque...¡Ya sé!

Theo toca el botón, que sirve para llamar a las enfermeras. En menos de un segundo, una enfermera distinta a la de ayer aparece por la puerta.