Treinta y uno.

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Zayn, ese chico me iba a volver loca y lo sabía. Su manera de ser, era tan despreocupado pero a la vez se preocupaba tanto por mi, era tan contradictorio, como el amor.

Estábamos en una playa en la que yo nunca había estado, pero parecía que Zayn sí. Él estaba muy ocupado mirando al horizonte, me gustaba verle tan pensativo, pero no me gustaba que le siguiera saliendo sangre del labio.

-Zayn ¿te limpio la sangre?

-Sí por favor.

Me acrequé a él y con un pañuelo le limpié la sangre que le salía. Se notaba que no estaba bien, tenía el rostro húmedo, parecía que hubiera llorado. Le miré a los ojos y era verdad, había llorado ya que tenía los ojos rojos. Me miró él también, poco a poco nos acercamos hasta besarnos.

Fue un beso húmedo en que había sentimientos extraños. De repente se separó de mi, no entendía que era lo que le estaba pasando.

-Me estás haciendo daño en el labio.

-Perdón, no me acordaba.

-No pasa nada.

-¿Estás bien?

-No.

-¿Que te pasa?

-Esta playa me trae muchos recuerdos.

-¿Por que?

-No quiero hablar del tema, ahora si no te importa me gustraía estar solo.

No le contesté, le dejé solo, se notaba en su mirada, perdida, que lo necesitaba, y yo también. No entendía por que mirar el mar me estaba tranquilizando tanto, ver las olas, oír como iban a romper en las rocas, me hacían pensar.

Estaba cansada de que me pasaran estas cosas, estaba cansada de las situaciones incómodas y de no saber en que pensar y en quien podía confiar de verdad, por que al parecer no podía confiar en nadie, estaba sola.

De repente noté que algó me tocó en el hombro, era Zayn. Sus ojos ya no estaban tan rojos como antes, ahora notaba como eran mis ojos los que estaban ardiendo en lágrimas de impoténcia.

No sabía que me estaba pasando. Zayn me abrazó, fuerte, como si no quisiera que me cayera, como si quisiera juntar todos mis trozos rotos, pero no podía, nadie podía.

Bad girl.(Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora