Dejaría todo... [Erick Brian Colón]

• CAPÍTULO 2 •

Olivia

A tan solo horas del cumpleaños número dos de mis pequeños, entra una llamada desconocida a mi celular, "número desconocido" resalta en la pantalla, y si nos fijamos en el número, no es del país, la curiosidad me gana y contesto.

xxx: ¿Olivia?

Oli: ¿diga?

xxx: Dios mío, no pensé que de verdad fueras tú.

Oli: ¿Emi?- pregunto reconociendo su voz.

Emi: por supuesto que sí, idiota.- me dice riendo.- te estuve llamando y no contestabas, así que tu mamá me dio tu nuevo número.

Oli: ah sí... lo cambie hace un tiempo, para ya sabes...evitar llamarlo

Emi: oww pero bebé, ¿cómo estás?¿cómo lo llevas?¿qué tal están los pequeños?

Asombrada por la llamada de mi amiga, le contesto con la misma emoción y le comento todo sobre mis pequeños, que últimamente, se han convertido en mi tema de conversación favorito. Hablamos por horas, finalmente accedo a darle mi ubicación para que me visite, ya que insiste en que necesita ver a sus sobrinos en persona y apretar sus pequeñas y regordetas mejillas de bebé. Le hago jurar que no le dirá a nadie sobre su visita y mucho menos comentar mi ubicación, porque no quiero que se divulgue hasta que yo me sienta preparada para mostrarlos. Mi amiga me promete venir en poco tiempo, así que le explico más menos cómo llegar y las precauciones que debe de saber.

Finalizo la llamada, veo la hora y es momento del baño de mis pequeños, cambio mi ropa de trabajo por algo más hogareño y preparo las pijamas de mis criaturas, busco toallas limpias y me llevo a los dos al baño. Enjabono sus pequeños cuerpitos, lavo su cabello y lentamente les lavo su rostro. Con mis bebés limpios y olorositos me los llevo de vuelta a nuestra habitación y los seco para ponerles sus pijamas y mandarlos a dormir.

Ambos ya acostados y con sus pijamas, les canto una canción de cuna, ya que es una de las pocas formas para que se duerman. Media hora más tarde, ambos bebés están ya en el quinto sueño y es momento de mi ducha, tomo mi pijama y corro al baño, me ducho rápidamente para luego secarme y ponerme el pijama.

Dani llegará tarde hoy ya que la invitaron a salir, así que aprovecho mi tiempo sola y sin preocupaciones, ya que los bebes duermen, para hacerme una mascarilla fácil y mimarme un poco, el hecho de cuidar de mis dos hijos ha provocado que descuide de mí, obviamente no me molesta en absoluto porque significa que mis bebés están sanos y tienen todo lo que necesitan. Me preparo la mezcla que me enseñó mi mejor amiga años atrás, para luego aplicarla por mi rostro, debo de esperar media hora más con la mascarilla y aprovecho para revisar mis redes sociales. Nunca borre mi cuenta de Instagram, sólo dejé de publicar cosas, me llenaron el dm's con comentarios ofensivos, así que evite leerlos, no quiero caer nuevamente en la tristeza. Mirando publicaciones, doy con su perfil, esta igual de guapo qué siempre, aunque se nota el cansancio y desgaste de esta última gira tiene su cabello más largo al igual que su barba, espero que cambien de agencia, ya que en WK los están destruyendo poco a poco, ya no sonríen como antes, ya no son los chicos revoltosos que solían ser y sobre todo, les prohibieron interactuar con sus fans, lo que imagino que los tiene a todos en este ánimo y el hecho de mi inesperada desaparición tampoco ayuda.

Me salgo de mi cuenta y abro mi cuenta secundaria, en ella me siguen solo gente de aquí, Dani y algunas chicas con las que he hablado en la universidad y en el trabajo. Sigo también a los chicos, a mis amigas de Miami y a mamá, obviamente la única que sabe quien soy es mamá, los chicos entre sus miles de seguidores no me notaron y las chicas tampoco lograrían descubrir que soy yo, ya que mi nombre de usuario es muy random. A mi antiguo celular le siguen llegando mensajes de él, no ha dejado de hacerlo desde que me fui y ha pasado más de un año de que lo hice. Leo algunos de sus mensajes, me quedé impresionada, todos los días, sin falta me escribió, me contaba de su día, las cosas que hacía e incluso mencionaba conversaciones que tenía con los chicos. Dios lo extraño tanto, sin darme cuenta derrame un par de lágrimas que al tratar de limpiar arruiné la mascarilla, fui al baño y limpié mi cara, que estaba roja pero no por la mascarilla, sino que por llorar, llorar por él y lo mucho que lo extraño.