• CAPÍTULO 4 •

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Olivia

Como todos los días, mi alarma me recuerda que debo levantarme para ir a mi trabajo. Perezosamente ordeno la cama y camino a la ducha para bañarme y despertar. El agua recorre mi cuerpo cargándome de energía para este largo día. Emi ya llevaba una semana con nosotros y la verdad que me encantaba, ya que ella podía de cuidar a mis pequeños cuando Dani tenía cosas que hacer, sobre todo los fines de semana porque las guarderías no abren todos los días.

Me visto con unos jeans negros y la camisa del trabajo, cubro mi pelo con un gorro de lana y me calzo mis vans, saco un abrigo del armario y lo guardo en mi bolso de trabajo. Voy a la cocina y me preparo un café junto con unas tostadas con mantequilla. Dejo en la encimera las medidas de las leche de los bebés, junto con unos potes de papilla para cada uno.

Me siento frente al televisor que transmite las últimas noticias y como mi desayuno. Termino de desayunar y voy al baño a maquillarme, no suelo hacer nada muy exagerado, sobre todo porque no sé hacerlo, tapo mis ojeras que hoy amanecieron mucho más marcadas por la desvelada de ayer,  cepillo mi cabello para volver a cubrirlo con el gorro, luego procedo a cepillar mis dientes para luego caminar hacia mi trabajo que está a un par de cuadras de casa.

Apenas salgo del edificio, me topo con uno de mis compañeros de turno, Mike, un chico simpático, de altura de un metro setenta y pico, de contextura promedio y pelo azabache, que por alguna razón, siempre estaba desordenado. Me acerco a él y lo saludo con un beso en la mejilla.

Oli: hola Mike ¿qué tal?

Mike: Vía Vía Vía, te fuiste ayer y no me esperaste ni siquiera te despediste.– mostró una expresión de enojo que rápidamente sustituyó una sonrisa, él jamás se enfadaba en serio.

El chico siempre insistía en acompañarme a casa, la verdad es que no me molesta porque es buena compañía y siempre tiene tema de conversación por lo que es divertido hablar con él.

Oli: ay perdóname, pero recuerda que te dije que saldría más temprano porque tenía unos trámites que hacer.

Mike: cierto, lo olvidé... bueno ¿qué tal te fue?

Durante el camino al restaurante en el que trabajábamos, le comenté de la llegada de mi mejor amiga, a quien prometí presentarle más tarde. El chico dijo que como me fui antes, me perdí de la gran noticia, pero como él era tan buen amigo, me lo diría. El chisme iba en que, Mindy quién es la secretaria de señor Jefferson, no es un secreto de que ella es la amante del jefe, pero como las ventas no iban muy bien, el señor Jefferson decidió rebajar los sueldos, eso la incluía a ella, obviamente se enojó y reclamó que no podía ser, que si le llegaba a bajar el sueldo, ella misma iría con su esposa a decirle que él la engañaba.

Mike: y sabes que él no querría eso, así que ella mantendrá su sueldo, mientras que a nosotros nos lo bajara un porcentaje.

Oli: quizá debería hacerme su amante también, y así me aumenta el sueldo.–pienso en voz alta.

Mike: JAJAJS te ayudo y dividimos ganancias.– me uno a su risa, al fin de cuentas no es un mal plan pero no me agrada.

Llegamos a trabajar, y como cada día, se me pasa demasiado lento el día y no veo la hora de irme a ver a mis pequeños. Durante mi almuerzo, llamo a Emi, quien me contesta con el altavoz y de fondo escucho el CD con canciones infantiles que me regalo Dani hace un par de meses. La caribeña me dice que se quedó a cargo de los pequeños mientras la pelirroja iba a hacer unos trámites a la universidad, yo por mi parte, le agradecía y prometo recompensarlo luego.

Dejaría todo... [Erick Brian Colón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora