Veintinueve

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XXIX. Hambre de saber.
Parte II.

—Mi compañera es humana —reveló Nilah con seriedad. Aberración no lució afectado por lo dicho—. Es hija de una chamán llamada Alanna, quien sobrevivió a la masacre del Clan chamánico Norte, del que nunca supimos.

—Yo sí sabía de él —interrumpió Vlad Licaón, indiscreto. Nilah lo miró con molestia—. Ups.

—... Según lo que sabemos, el clan fue atacado por lobos de una manada salvaje. Mataron a todos, excepto a la que nos contó esto y a la madre de mi compañera. Pero no tenemos idea de cómo hizo Alanna para sobrevivir y cómo o de quién quedó embarazada.

—Mmm... Entonces, ¿el favor es que complete la información o que responda tus interrogantes?

—Necesito saber qué fue lo que pasó para que sobreviviera y cuáles son sus intenciones para raptar a la cachorra de Amor omnia vincit.

—Esos serían dos favores —canturreó el vampiro-lobo. Nilah alzó una ceja, suspicaz.

—¿Te acuerdas de aquella vez que te robaste la estatua de Zeus y yo tuve que ocultarte en estiércol durante...?

—¡Ya! ¡No sigas! —chilló Aberración, avergonzado—. Bueno, eso compensa dos favores.

—Respóndeme entonces.

El más poderoso no pasó por alto la actitud demandante de Nilah.

—Los lobos probablemente iban a matarla, a esa chamana, pero ella se les voló antes de que pudieran hacerlo —develó Vlad Licaón con ligereza, poniéndose de pie y caminando a la vez que narraba—. Lo que pasó esa vez fue muy simple. La manada de lobos salvajes sufrió una masacre donde fueron asesinadas sus mujeres y niños. Ellos se volvieron locos por esto y gracias a una torpeza de los chamanes, encontraron el clan escondido y mataron a todos los que no accedieron a ayudarles. En fin, una carnicería.

—¿Ayudarles? ¿A qué?

—A revivir a sus muertos, obviamente.

Nilah sintió cierta opresión en el pecho al oír eso, como si le quitaran un trozo de sí mismo. Aún no comprendía qué tenía que ver esa manada con Níniel y el vínculo, pero con cada palabra que salía de la boca de Aberración, menos seguro se sentía de terminar de oír ese oscuro cuento.

—La chamana que te contó lo que sabes se escapó antes de que la mataran y la tal Alanna fue obligada por los lobos a revivir a sus muertos, pues era la última que quedaba. Pero la muy ignorante no tenía idea de cómo hacerlo y convocó a los espíritus que vagaban como almas en pena.

—¿Cómo pudo invocarlas?

—Echó al fuego objetos de las víctimas y sangre de sus parientes vivos. El problema fue que ese ritual no es para revivir, no existe tal cosa... Ella hizo el ritual de posesión. —Nilah tragó grueso al escuchar aquello. Él algo de artes chamánicas sabía y no le gustaba a dónde se dirigía el asunto—. Hubo una conmoción en los espíritus al no poder poseer a nadie y su energía se expandió como explosión, dejando a la mayoría de los presentes inconscientes o desorientados. La bruja se terminó escapando entremedio de la confusión. Algunos meses después se dio cuenta de que estaba embarazada... Y que algo no marchaba bien con ese bebé.

El Velkan inhaló a la vez que se ponía de pie, tapando su boca. Sus teorías de que Alanna tal vez se había mezclado con licántropos eran erróneas, pero no tenía la cabeza ni el coraje suficiente para aceptar lo que las revelaciones indicaban. Y Aberración al parecer notó su turbación, pues se puso a parlotear casualmente.

—Sé bastante del caso porque en ese tiempo creí que nacería un híbrido, alguien como yo, pero el resultado fue algo inesperado.

—Alanna convocó los espíritus errantes de las mujeres y niños asesinados...

En plata renacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora