LXIX

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-¿Salir?-Pregunte.

-Tengo una fiesta, un baile, vendrá mi madre con mi tío. Es algo especial por decirlo así. Tengo que llevar una acompañante y quiero que seas tu. Claro si no hay problemas-Explico William sonriendo.

-William es un muchacho encantador, llego hace unos minutos, te esperaba a ti pero le dije que tú vas algunos días a ver a Mary. Tienes mi autorización porque sé que te hace falta, has estado algo triste y eso no me agrada-Dijo la tía Elena.

-Pues supongo que sólo tengo que arreglarme-Dije riendo.

-Te espero acá, tu tía Elena es genial-Dijo William sonriendo.

Subí las escaleras nerviosa, ¿qué acaba de pasar? Voy a ir a un baile completamente sofisticado  con William Van Dort y yo nunca he ido a algo así o parecido más que a las fiestas de la tía Jo.

Pero acepte, ¿por qué dije que si tan rápido? Quizás muy en el fondo de mi ser realmente quiero pasar tiempo con William. Quizá si me hace falta divertirme un poco más, quizás me lo merezco y solo tengo que dejarme llevar y fluir.

Busque entre mi armario un vestido adecuado, saque uno rosado que hizo mi mamá antes de fallecer. Es difícil estar lejos de ella pero cada día lo supero un poco más, creo que parte de mi entiende que ella siempre vivirá en mi corazón.

Me vestí rápidamente, el vestido es hermoso la verdad, se amarra atrás como si fuera un corsé, es sin mangas y tiene muchos detalles. Es mi favorito y casi nunca lo uso.

Termine de arreglarme para bajar, mientras baje la escalera, noté que William me observo en todo momento con una gran sonrisa en su rostro

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Termine de arreglarme para bajar, mientras baje la escalera, noté que William me observo en todo momento con una gran sonrisa en su rostro. Además de ver a tía Elena desde atrás sonriendo también.

-Creo que estoy lista-Dije sonriendo.

-No irás con esos zapatos-Dijo tía Elena.

Baje la mirada hacia mis zapatos de charol negros, la verdad es que si estan algo desgastados.

-Esperen aquí-Dijo la tía Elena subiendo las escaleras hacia su cuarto.

-Te ves tan hermosa, bueno siempre te ves hermosa...Lo siento, pensé en voz alta. Pero nada de eso es mentira-Dijo William sonriendo nervioso.

-Pues tu no te ves nada mal, pareces un duque-Dije riendo.

-Te agradezco mucho que me acompañes, de corazón. Se que es vine muy pronto, pero mi madre a última hora dijo que debía traer una acompañante.

-Descuida, la verdad es que si necesito algo para distraerme.

-¿Es por... Cole?-Pregunto William nervioso.

-¡Aquí estan! Lamento la tardanza, pero no podía encontrarlos, ponte estos zapatos, parecen de una bailarina de ballet, ¿no es así?. Cuando tenía tu edad junto a tu madre solíamos usarlos, el par de ella deben estar en Paris, siempre nos sentimos mágicas cuando los usabamos, ahora es tu turno-Dijo la tía Elena extendiéndome unos zapatos, tienen algo de tacon, se amarran como los de una bailarina, son blancos y hermosos.

-Dios...-Dije mirando a tía Elena con algunas lágrimas en los ojos.

-No llores, vamos pontelos, tienes un baile al cual ir-Dijo la tía Elena ayudándome a cambiarme los zapatos.

-Ahora si estoy lista-Dije sonriendo.

-Diviertanse mucho-Dijo la tia Elena despidiéndose de nosotros.

-¿Cuál es mi carroza hoy Duque Van Dort?-Pregunte cambiando de voz.

-El día de hoy iremos a caballo mi Lady-Dijo William tomando mi mano ayudándome a subir.

-¿Cómo se llama?-Pregunte acariciando el caballo.

-Es hembra, se llama Meg-Dijo William tomando las riendas.

-¿Es largo el viaje?-Pregunte afirmándome de su abdomen.

-No mucho, pero veremos el atardecer mientras viajamos.

-¿El atardecer? Pero si el sol se esconde hacia el oeste, cerca de la escuela-Dije confundida.

-Puede que vayamos a un lugar antes de ir al baile-Dijo William iniciando el viaje, Meg empezó a correr.

-¿A dónde vamos?-Pregunte en voz alta, ya que con el sonido de las pezuñas contra la tierra no se escuchaba bien.

-A un lugar-Dijo William riendo.

A pesar de mis protestas, Meg siguió cabalgando, hasta que llegamos a un campo, completamente lleno de narcisos, donde en la colina se estaba poniendo el sol.

-Es hermoso...-Dije asombrada.

-Claro que si, desde que llegue acá. Escapando claro, fue lo primero que logré ver y me cautivó de inmediato. Así supe que debía quedarme acá por un tiempo-Dijo William mientras acariciaba mi mano ayudándome a bajar de Meg.

-¿De qué escapabas?-Pregunte dudosa sentándome en el pasto.

-De mi padre...Nunca hemos tenido una buena relación, pero principalmente porque nunca coincidimos en nada. Por eso siempre huía de casa y llegaba a casa de mi tío. Me gusta mucho tu relación con tu tía Elena porque es la misma que tengo con el-Dijo William nostálgico.

Lo abracé muy fuerte, se que es difícil aceptar que tu relación con alguno de tus padres no es la mejor. Y lo se perfectamente.

-Es difícil, créeme, lo sé muy bien y no es algo fácil de asimilar, mucho menos vivir cómodo con eso-Dije mirándolo.

-Claro que no, pero solo tengo que poner las cosas sobre la mesa y aceptarlo. A veces las cosas no salen como las queremos y eso es normal.

-Cuando era pequeña me refugiaba en los brazos de tía Elena, ¿ves esta cicatriz?-Pregunte alzando un poco mi vestido.

-Emily...-Dijo William asustado.

-Mi padre había dejado su cinturón al lado de la salamandra casi toda la tarde, cuando él dijo que nos iríamos a Paris, dije que no y ya ves las consecuencias.

William me miró fijamente durante un par de segundos, hasta que se levantó la camiseta para mostrarme una cicatriz igual que la mía.

-Me lo hizo cuando dije que quería ser doctor y no militar. Fue un la punta de un vidrio. Creo que ambos tenemos cicatrices feas-Dijo William riendo.

Acerque mi mano a su cicatriz dudosa, pero él tomó mi mano y la acercó más, dejándome acariciarla.

-¿Aún te duele?-Pregunte.

-A veces...¿Puedo?-Pregunto mirando mi cicatriz. Moví mi cabeza diciendo que si, sintiendo el tacto de William en mi cicatriz, mi tacto en la cicatriz de él. Es algo especial.

-Gracias por compartir eso conmigo-Dije sonriendo.

-Gracias a ti, creo que eres un ángel caído del cielo-Dijo William riendo.

-Pues entonces se me cortaron las alas-Dije riendo.

-A ti nunca nadie te las cortará, eres un ángel libre que debe volar donde quiera-Dijo William.

-Gracias por eso...

-Bueno, creo que tenemos que ir antes de que a mi madre le de un infarto-Dijo William riendo y tomando las riendas de Meg nuevamente. Me ayudo a subirme al caballo y emprendimos camino de nuevo.

je volerai vers toi 💌 (Cole Mackenzie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora