Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 3 ※ Cᴏʟɪꜱɪᴏ́ɴ ᴄᴏɴꜱᴛᴀɴᴛᴇ

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Nᴏ ᴛᴏᴅᴀs ʟᴀs ᴄᴏsᴀs ʜᴀᴄᴇɴ ʀᴜɪᴅᴏ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ sᴇ ʀᴏᴍᴘᴇɴ. Hᴀʏ ᴀʟɢᴜɴᴀs ǫᴜᴇ sᴇ ᴅᴇʀʀᴜᴍʙᴀɴ ᴘᴏʀ ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴏ ᴇɴ ʟᴏs ᴍᴀ́s ᴀʙsᴏʟᴜᴛᴏs sɪʟᴇɴᴄɪᴏs.

Yo me derrumbaba, lo podía ver en mi reflejo en los ojos de Levi. Nuestro concurso por quien desviaba la mirada primero acabó cuando miró al niño. Podía esperar a un soldado cualquiera. Pero, ¿Al capitán Levi? ¿Qué hacía por aquí? Sacudí mi cabeza alejando esas preguntas estúpidas. Lo importante es que estaba aquí. No nos llevábamos bien. Nunca lo hicimos, era muy grosero conmigo fuera y dentro del cuartel. No lo culpaba de eso, también sería grosera con alguien que intentó golpearme en repetidas ocasiones. Como cuando me enteré que se metió a la legión para matar a Erwin y le rompí la nariz. También fui la que se la arregló. Una tiene que limpiar sus propios desastres. Era irónico que él me salve en este momento.

—¡Gracias por venir!—dije sin soltar al niño—. Necesito ayuda, debo encontrar suministros para él, los que estaban aquí se destruyeron, aparte que no es un área estéril. Debe tener hambre también, no sé cuántas horas o días han pasado.

Levi me miró a mí y al niño, incrédulo. Las ganas por querer golpearlo aumentaba al ver que no movía ni un dedo. Solo esperó mientras me veía. Que hombre más inútil.

—¿Qué estás esperando?—le grité. Comprendía que sea frío, pero era un niño que necesitaba ayuda.

—Erwin, ven—dijo Levi, unos momentos después Erwin apareció detrás de él. Sus ojos se agrandaron al ver la situación.

—El niño...

—El niño está muerto—me interrumpió Levi limpiando su espada con un pañuelo y guardandola.

Mis ojos pasaron de ellos al niño en mis brazos. Mi brazo estaba empapado en sangre, su cabeza tenía un hueco y podía ver con claridad su cerebro. Era rosado, y viscoso. Tragué saliva tratando de aliviar el nudo en la garganta que tenía. El niño había muerto y mi inestable estado mental creó una ilusión donde ese niño seguía vivo. ¿Cómo llegué a esto? ¿Dónde estaba mi cordura? Mierda. Necesitaba respirar, necesitaba dejar a ese niño. Mis manos empezaron a temblar y soltaron al niño, generando un golpe seco contra el suelo. Caí de rodillas, las cuales se rasparon con el suelo dejando un ardor soportable en mi piel.

¿Cómo no me di cuenta?

Mis dedos cerraron los ojos del niño y mi frente chocó con su pecho, incapaz de articular palabra para pedirle perdón a un cuerpo inerte. Los brazos de Erwin me rodearon y me cargó. Las lágrimas escurrían por mis ojos y llegaban a mis labios. Saladas y llenas de nostalgia. Mis manos ensangrentadas frotaban mis ojos y solo hundía mi cabeza más en el pecho de Erwin, avergonzada de ser tan inútil. Hoy, mañana y siempre. Shadia, una buena para nada. No quería ver cuántos de mis ex compañeros estaban viendo mi desastre, pero tampoco los reconocía, estaban muy callados.

A Cʜᴏɪᴄᴇ Wɪᴛʜ Nᴏ Rᴇɢʀᴇᴛs ✥ Lᴇᴠɪ AᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora