Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 12 ※ Pᴀꜱᴏ ᴀ ᴘᴀꜱᴏ

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Nᴀᴅᴀ ᴘᴜᴇᴅᴇ ᴅᴜʀᴀʀ ᴛᴀɴᴛᴏ, ɴᴏ ᴇxɪsᴛᴇ ɴɪɴɢᴜ́ɴ ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏ, ᴘᴏʀ ɪɴᴛᴇɴsᴏ ǫᴜᴇ sᴇs ǫᴜᴇ ɴᴏ sᴇ ᴀᴘᴀɢᴜᴇ

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Nᴀᴅᴀ ᴘᴜᴇᴅᴇ ᴅᴜʀᴀʀ ᴛᴀɴᴛᴏ, ɴᴏ ᴇxɪsᴛᴇ ɴɪɴɢᴜ́ɴ ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏ, ᴘᴏʀ ɪɴᴛᴇɴsᴏ ǫᴜᴇ sᴇs ǫᴜᴇ ɴᴏ sᴇ ᴀᴘᴀɢᴜᴇ.

¡Por supuesto! ¿Fui tan tonta para llamar a Henry una cicatriz en mí? Pues, fue tan fácil de borrar en dos segundos apenas, que podemos compararlo con una mancha de suciedad. Viví engañada, con una venda en los ojos y esa venda por fin se fue.

Dejé la caja en el suelo y arreglé mi cabello en una cola improvisada con mechones cayendo desordenados. Giré hacia Levi, que aún tenía la carta entre las manos y se la arranqué.

—Cállate. Tu voz me tiene harta—dije con la poca paciencia que me quedaba—. Entiendo perfectamente lo que acaba de suceder. Apenas pasaba los veinte cuando pasé por todo eso, actualmente tengo veintiocho años. Estoy grande.

—Eso lo sé, pero no quita...

—Lo estúpida que soy. Capitán Levi, si tanto le preocupa mi bienestar. Solo pregúntame directamente. No es necesario que me dé un sermón como si fuera su subordinada, porque no lo soy.

—Sí eres mi subordinada. Perteneces a la legión, por ende, le debes respeto a cada uno de los capitanes.

Me acerqué a él en pasos cortos, acortando la distancia entre nosotros. Estaba muy enojada para soportar sus extrañas reacciones.

—Está bien, capitán Levi. Usted tiene mi respeto, aunque tenga cuidado. Lo puede perder con facilidad. —Guardé la carta en mi bolsillo y vi la caja—. Guarda el resto de cosas de arriba, por favor. Eso sí puedes hacer.

Chasqueó la lengua y a regañadiente me hizo caso. Me senté en el mueble rojo, por última vez. Me gustaría llevarme este sillón. Si estaba muy cansada, caía rendida en este mueble y dormía cómodamente.

Extrañaría todo. También fue casa de mis papás. Ellos entenderían, lo sé. Unos toques en la puerta me sacaron de mis recuerdos con mis papás. Abrí la puerta y sonreí al verlo.

—¡Connie! Es bueno verte—dije acercándome para abrazarlo, él correspondió mi abrazo. Me alejé unos pasos—. Entonces, eres el soldado que consiguió Levi. Ayúdame con estas cajas, por favor.

—Sí, instructora Veenstra—respondió Connie haciendo un saludo militar colocando su puño derecho sobre su pecho y el izquierdo en su espalda.

—Mocoso—dijo Levi apareciendo atrás de mí—, arriba hay cajas más pesadas, bajalas y súbelas a la carreta.

Connie asintió e hizo caso a las órdenes de Levi. Miré a mi alrededor, no necesitaría platos, ni tazas, tampoco sillas o muebles. Abrí una puerta de los muebles de la cocina, saqué mi taza favorita y la puse encima de mis cosas.

Lo único que necesitaba.

Volví a los cajones en busca de un mechero y cargué la caja con las cosas de Henry. Purificar el alma, purificar la vida. Dejar atrás el pasado y avanzar. Si quería seguir eso, debía continuar con esta idea loca que acababa de tener. Dejé la caja en la grava de la calle.

A Cʜᴏɪᴄᴇ Wɪᴛʜ Nᴏ Rᴇɢʀᴇᴛs ✥ Lᴇᴠɪ AᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora