Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 5 ※ Eɴғʀᴇɴᴛᴀᴍɪᴇɴᴛᴏ

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Nᴏ sᴇɴᴛɪ́ᴀ ɴɪ ғʀɪ́ᴏ, ɴɪ ᴄᴀʟᴏʀ, ɴᴏ ᴇsᴛᴀʙᴀ ᴛʀɪsᴛᴇ, ᴍᴜᴄʜᴏ ᴍᴇɴᴏs ғᴇʟɪᴢ, sᴇɴᴛɪ́ᴀ ᴇsᴀ ᴘʀᴇsɪᴏ́ɴ ᴇɴ ᴇʟ ᴘᴇᴄʜᴏ

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Nᴏ sᴇɴᴛɪ́ᴀ ɴɪ ғʀɪ́ᴏ, ɴɪ ᴄᴀʟᴏʀ, ɴᴏ ᴇsᴛᴀʙᴀ ᴛʀɪsᴛᴇ, ᴍᴜᴄʜᴏ ᴍᴇɴᴏs ғᴇʟɪᴢ, sᴇɴᴛɪ́ᴀ ᴇsᴀ ᴘʀᴇsɪᴏ́ɴ ᴇɴ ᴇʟ ᴘᴇᴄʜᴏ. Mᴇ sᴇɴᴛɪ́ᴀ ᴠᴀᴄɪ́ᴀ...ᴏᴛʀᴀ ᴠᴇᴢ.

El recuerdo de Henry, seguía presente porque no importaba si me iba de Trost o regresaba a él. Siempre estaba aquí. Me lo recordaban los chicos que entrenaba. Me lo recordaba las misiones que teníamos. ¿Cuándo lo olvidaré?

Miré los reclutas que tenía a mi cargo. Había pasado un año desde que decidí volver a la legión como instructora, ocasionalmente me daba otras labores pero no era mucho. A pasos cortos es más seguro, ¿no? No lo negaré, me encariñe con cada uno de estos niños, conforme avanzaban, yo también lo hacía. Obviamente era más experimentada que ellos así que aprendían mucho de mí.

Fruncí mi ceño ante el pésimo movimiento de Armin, el rubio que apenas podía defenderse contra su oponente. Lo que le faltaba de fuerza lo tenía de inteligencia. Sabía perfectamente sus debilidades, sus fortalezas y sus nombres. Me costó aprenderme el de todos pero lo logré.

—¿Qué esperas?—le grité poniendo mis brazos como asas sobre mi cadera— ¡Levántate! Pelea como si tu vida dependiera de ello.

—Eso haré, instructora Veenstra—dijo Armin levantándose. No esquivó el ataque de Annie, la chica rubia era todo lo contrario, era muy hábil. No me sorprendería que acabara entre los diez primeros de su generación. Paso directo para ser policía militar.

—¡Patético!—grité apuntando eso en mi cuaderno.

Estaba siendo algo dura. Pero si no lo era, Keith Shadis, el instructor, lo sería conmigo. Miré a los demás. Mikasa era muy buena, su amigo Eren estaba mejorando, Reiner, Annie y Bertholt muy buenos. Connie y Shasha parecían jugar la mayor parte del tiempo pero hacían su trabajo. Me alegraba saber que pronto se graduarían. Les quedaba poco.

Muy poco para conocer la mierda que les espera afuera de las murallas. Siempre fui sincera con ellos de lo que les esperaba afuera.

֍

—Me gustó la libertad. El aire, la tierra, todo es distinto afuera de las murallas. Pero... Es más fácil morir afuera que adentro—dije respondiendo a la pregunta de Connie.

—Eso lo tenemos claro. Por eso me uniré a la policía militar—dijo Jean con una sonrisa—. Una vida en el muro Sina es lo que deseo.

—Entonces entrena mucho porque aún te falta—dije provocando la risa de algunos chicos. Le estaba mintiendo, Jean es muy bueno pero no podía dejar que los humos se le subieran a la cabeza—. Bien, chicos, es hora de dormir.

Aceptaron a regañadientes. A veces conversábamos después de la cena con un pequeño grupo. Me gustaba que sepan que podían confiar en mí.

A Cʜᴏɪᴄᴇ Wɪᴛʜ Nᴏ Rᴇɢʀᴇᴛs ✥ Lᴇᴠɪ AᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora