ᴇꜱᴘᴇᴄɪᴀʟ ※ ᴄᴏᴍᴇʀ, ʟᴜᴄʜᴀʀ ʏ ᴍᴏʀɪʀ

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Ahí estaba yo

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Ahí estaba yo. En el lugar menos pensado de toda la muralla. La falta de familiares de mis padres me trajo a este momento. Mis abuelos paternos y maternos murieron por causas naturales. Mientras mis padres no. Si lo fuera, quizá en un testamento me dejarían a cargo de alguien pero no. Estoy aquí golpeando a Nile Dok en la nariz y viendo como sale un hilo de sangre de ella.

Todo por sobrevivir.

Ni siquiera los amigos de mis padres me apoyaron. Bastó que me rechacen dos personas para hacerme cargo de mí misma. Mi edad no me dejó conseguir un trabajo en el hospital. Un trabajo pésimo en un bar, un par de personas asquerosas y mis amigos me movieron hasta llegar aquí.

—No te preocupes, después te curaré—dije riendo. Nile estaba tirado en el suelo, recuperando su aire.

Por varios años esta fue mi rutina. Entrenar con mis compañeros de tropa, soportar lluvias, nieve, días calurosos. No importaba el clima, siempre entrenamos. Aprender a utilizar el equipo de maniobras no fue tan complicado como pensé. Mantener el equilibrio era la clave, apenas la identifique logré obtener elogios de mi instructor.

Utilizarlo en el campo fue complicado, el gas que empleaba era más del necesario y me quedaba sin él con rapidez. Pasaron meses hasta que lo domine, con ayuda de Erwin y sus consejos.

El combate cuerpo a cuerpo me cansaba. Veía a mamá entrenar con papá, copiaba sus ataques pero no entrenaba. Después de que mamá murió, papá le restaba importancia al ejercicio físico y me entrenaba mentalmente. No lo menosprecio pero eso me atrasó a comparación de mis compañeros.

Ahora no. Domino todas las disciplinas mencionadas, si quería quedarme, debía hacerlo.

—Y pensar que cuando llegaste te faltaba mucho combate cuerpo a cuerpo—dijo Mike pasándome un pañuelo. Limpie mi sudor y miré el pañuelo. Que asco—. Acabas de limpiar el suelo con Nile.

—Como siempre. —Sonreí—. ¿Nile, necesitas ayuda?

A petición de mi amigo, entrené con él. Lo comprendía, lo más probable es que en el examen de hoy terminemos enfrentándonos.

El examen se acerca.

Estaba demasiado nerviosa aunque no se notara. Erwin llamó a Mike para entrenar con el equipo de maniobras. Me senté en el suelo meditando. Debía quedar entre los diez primeros. No porque quisiera ser parte de la policía militar. Ni loca. Quería reconocimiento, solo así lograré la misma cama que mi mamá.

—Es la hija de Lathgertha—susurró alguien. No voltee a ver a esa persona—. Pero no le llega ni a los talones.

Los comentarios eran los mismos. Ellos no podían opinar, no conocieron a mi mamá, tampoco me conocían. Espero me toque con ellos para callarles la boca. Parar y discutir con ellos siempre es en vano. Lo aprendí la primera vez.

A Cʜᴏɪᴄᴇ Wɪᴛʜ Nᴏ Rᴇɢʀᴇᴛs ✥ Lᴇᴠɪ AᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora