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La luna iluminaba el oscuro cielo, la brisa era realmente helada y los vientos azotaban con fuerza los árboles y los techos, las noticias alertaban un tifón, y algunas nubes comenzaban a acercarse tapando la hermosa luna, la cual se se despedía fr...

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La luna iluminaba el oscuro cielo, la brisa era realmente helada y los vientos azotaban con fuerza los árboles y los techos, las noticias alertaban un tifón, y algunas nubes comenzaban a acercarse tapando la hermosa luna, la cual se se despedía fría y vacía.

Mientras que en uno de los edificios, en medio de las escaleras se oía su respiración agitada, con el sudor corriendo de su frente, trataba de gritar por auxilio, pero nadie podía escucharlo, su vista se nublaba a causa del liquido que ingirió. Lo habían drogado, podía sentir aquel aroma a café inundar sus fosas nasales, siguió subiendo rápidamente las escaleras, casi cayendo de estas, hasta llegar a la azotea donde cerró la puerta por fuera, el omega estaba siendo perseguido por un alfa, un alfa enfermo, asesino, psicópata y caníbal, tenía miedo, temía por su vida, por todo, escuchó los golpes en la puerta y se alejó de esta tratando de buscar una salida.

Abre la puerta. - Tras de la puerta, un alfa utilizó su voz de mando.

El omega fue recorrido por un escalofrío, y sus manos comenzaron a temblar, no podía ignorarlo, no podía negarse ante un alfa, no podía negar sus ordenes bajo la voz de su lobo, su voz de mando. Odiaba ser omega, estaba obligado a vivir con su lobo sumiso, preso bajo las ordenes de los alfas, ni siquiera lo respetaban, y ahora debía soportar el vivir rodeado de gente enferma, con ahora un alfa psicópata acosándolo y tratando de alcanzarlo para devorarlo, tenía miedo, pero inconscientemente su mano ya se encontraba girando la manilla.

La puerta se había abierto, encontrándose con esos ojos color sangre, con un relámpago acompañando la escena, haciéndola ver mas terrorífica, sumando a esto la macabra sonrisa del alfa.

-  ¿Lo ves, cariño? No puedes evitarlo.... Estás bajo mis órdenes y nadie puede contradecir aquello.... Eres mío.... - Avanzó el alfa a paso lento.

JongWoo retrocedió negando con la cabeza, no quería aceptarlo, no quería obedecer.

- No quiero....

- Pero yo si quiero... - Y sin más que decir se abalanzó sobre el omega, cayendo ambos al suelo.

JongWoo trató de zafarse, pero el alfa le gruñó, por lo cual su cuerpo se paralizó, sintiendo como el alfa comenzaba a pasar su nariz por su cuello, olfateando su aroma, JongWoo llevó sus manos a su cuello, temía que el alfa lo marcara, sería una verdadera pesadilla si eso llegara a ocurrir. El alfa notó esto y rió.

- No te preocupes, cariño, ni siquiera estando en celo, me atrevería a marcarte, tampoco quiero estar atado a una inútil vida como la tuya. - Rió MoonJo, aunque su lobo lo regañó por eso, soltando un gruñido.

JongWoo bajó la mirada, su pecho dolía y ni siquiera sabía por qué, odiaba esa sensación, sentía a su lobo llorar, y comenzaba a reprenderse a sí mismo. Los ojos de ambos se encontraron, JongWoo quería voltearse, quería escapar, su lobo estaba inquieto, pero, lo deseaba, ¿por qué esta deseando a ese estúpido alfa? Se estaba volviendo totalmente loco.

Tragedia AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora