Tragedia Agridulce

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- SeokYoon vendrá para acá, quizás llegue en la tarde. - Anunció JongWoo mirando su teléfono mientras acariciaba el cabello de MoonJo, quien se encontraba recostado sobre su pecho en el sofá.

Haneul estaba dibujando mientras que el pequeño gato un poco más crecidito que traían en su transportador, paseaba ahora por la casa, ya más grande. Habían pasado unas semanas desde que habían llegado.

- Hmm... - Se quejó MoonJo sentándose - Tengo un extraño presentimiento... - Confesó.

- Últimamente has tenido bastantes preocupaciones - Dijo el omega masajeando los hombros de MoonJo -. Deberías relajarte...

MoonJo cerró sus ojos asintiendo sin decir nada, quería dejar de pensar en que cosas malas iban a suceder, aunque no podía dejar de mantenerse inquieto.

- ¿Salgamos un rato? - Murmuró MoonJo.

JongWoo lo abrazó.

- Está bien. - Dijo besando su cabeza.

Los tres salieron de la casa, mientras que MoonJo tomaba a Haneul en brazos y el pequeño admiraba el lugar con una amplia sonrisa. MoonJo miró al niño y sonrió con ternura para luego depositar un beso en la mejilla del menor, emocionando al cachorro, el cual lo abrazó fuertemente devolviéndole a su padre una gran cantidad de besitos, JongWoo caminaba a su lado, observándolos con una sonrisa en su rostro, amaba ver a sus dos alfas divertirse, además le encantaba como MoonJo disfrutaba hacer su papel de padre, y a sus ojos, lo hacía excelente.

Mientras que en Seúl, SeokYoon se preparaba para viajar a Jeju. Salía de una tienda de ropa, mientras llevaba también uno que otro regalo para su familia.

Pero mientras caminaba con las bolsas, sintió una mirada sobre él. Inquieto, se volteó al instante buscando con su mirada hasta encontrarse en una esquina con el serio semblante de BokSoon, abrió sus ojos de par en par, asustándose, mientras se daba cuenta de que la mujer sonreía de manera retorcida. Su cuerpo comenzó a sudar, un sudor frío, se había desesperado y comenzaba a entrar en pánico, no tenía a nadie que lo ayudara, y dudaba que alguien lo escuchara siendo de una jerarquía casi invisible. Se volteó, ignorando la mirada sobre él y comenzó a adelantarse lo que más podía buscando un camino rápido donde perderse de vista, entró rápidamente a un callejón, pero a mitad de él sólo sintió un fuerte golpe en su cabeza y cayó al piso, al igual que las cosas que traía sobre sus manos, sintió unas risas, y unos pasos y luego, como lo jalaban del cabello y comenzaban a golpearlo, el beta trataba de defenderse, protegerse o tratar de buscar cómo huir.

- Ya es mucho.... - Oyó una voz femenina, sabía de quien se trataba.

Los golpes se detuvieron y SeokYoon se retorció inquieto y adolorido en el piso, trató de levantarse. Sintió como unos pasos se acercaban a él y una patada sobre su espalda lo hizo caer nuevamente. Una vez más, su cabello fue jalado, obligándolo a mirar a la alfa.