Su mano cubierta de anillos toca una vez más la campanilla. Las sirvientas se apresuran a cumplir los antojos de su gobernante.
Él mira expectante al dulce cervatillo al otro lado de la mesa. Su mirada oscila entre su estofado de venado y el rey.
—Es muy talentoso en el piano, mi lord. —Menciona el rey sosteniendo la copa de vino tan cerca de sus labios que el brillo escarlata atrae la atención del joven—. Sería un gran honor que nos complazca un poco esta noche.
—Claro, su Majestad.
El sutil brillo azul a través de las pestañas que acarician sonrojadas mejillas tan solo hizo que el magnífico prásino del rey se perdiera en la oscuridad de sus pupilas.
—¡Espléndido!
Lord Tomlinson, que debía sentirse intimidado, sonríe para él siendo complaciente porque aprecia la vida que le dieron sus padres.
Se sienta y cuando sus dedos recorren las teclas del piano puede sentir la intensa mirada del rey sobre él. Se siente complacido cuando él se sienta a su lado. Se estremece cuando el rey besa el dorso de su mano sin alejar su mirada de sus ojos.
El rey ya ha caído atado a sus encantos desde mucho antes de tocar la pieza más hermosa que alguna vez escuchó.
Acaricia su rostro con la devoción de quien reconoce la divinidad en la tierra. Besa sus labios con ternura adoptada antes que el hambre tomara su lugar. Sus manos queriendo conocer cada rincón trazado en el mapa por sus lunares.
La tarde ha caído de manera silenciosa, y a través de las paredes del castillo se corre un nuevo rumor que no deja de ser cierto.
—Ha llegado un nuevo amante.
—Cautivó al rey con el piano.
—¡Oh, pobre reina!
El desliz de los susurros se cuela por la rendija de la puerta de la alcoba del rey. Sus piernas se enredan en la juventud del doncel a su lado, que yace dormido plácidamente.
Sueña con el aroma a narcisos y rosas. Espera el amanecer entre las sábanas frías de la cama vacía.

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El rey ha muerto
FanfictionSilencioso y mortífero como el puñal en su mano. Nadie lo ha visto rondar entre los pilares de un hogar roto. Él tan solo acecha en la oscuridad seductora como sus caderas, sus labios venenosos susurran secretos falsos. Cuando el alba se presenta, l...