10. Las serpientes.

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"—La reina ha envejecido. Es una lástima que no pueda darle más hijos, el príncipe es una vergüenza para la Corona. "

—Sé que ya no comparten alcoba desde hace mucho tiempo."




"—El rey ha discutido con el príncipe. El príncipe se ha ido esta mañana.

—El príncipe seguramente va a dimitir. El Duque de Monfort tomará su lugar. Lo escuché esta tarde.

—Sí, de todos modos el rey ya había expresado su disgusto con el príncipe.

—El Duque es un buen partido pero es hijo de una extranjera. ¡Dios nos ampare! Él no debería estar en el trono."




"—¿Qué opinan del primo de la reina? Creo que Lord Tomlinson es encantador."

—Un espécimen maravilloso sin duda, no lo suficiente para gobernar. No está ni cerca de la línea se sucesión.

—Lord Tomlinson es el favorito del rey.

—El rey es un inmoral pero no un idiota, ¡qué desfachatez sería nombrar a su amante como su sucesor! El Concejo no lo permitiría."



"—¿Lo has visto escabullirse a la habitación real?"

—Los guardias dicen cosas."

—¡Qué escándalo!"



"—¿Ya ha vuelto el príncipe?

—Por la tarde.

—No sería prudente que gobierne. Nunca ha sido un noble ejemplar.

—Muy cierto, pero ¿sería sabio que un extranjero lleve la Corona?

—¡Dios nos libre!

—Eso pensé."

Las serpientes acechan los alrededores del castillo, esperando un mínimo descuido para entrar. Esparcen su veneno entre las paredes sin un ápice de remordimiento.

Sus susurros ruidosos llegan a oídos del rey, de la reina, del príncipe, del lord.

Sus gritos recorren el reino.

Los aldeanos no están felices con su rey.

Algo incluso más peligroso ha atravesado los seguros muros del palacio y se enreda entre sedosas sábanas.

El rey ha muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora