|2| Novata.

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Aquella noche y las siguientes. Hipatia escuchaba unos raros gritos que provenía del laberinto, estaba completamente segura que de aquellos ruidos eran producidos por aquellos seres viscosos ¿Pero porque? Aquella era una gran pregunta. Desde aquel día Hipatia no entro al laberinto. 

Los primero días había decidido no comer nada ya que no estaba confiada de aquella comida y en especial de las personas que la dejaron ahí, aquello solo decía de ella es que es una testaruda. Pero aquello no duro mucho luego del segundo desmayo, el hambre le invadía y termino comiendo algo del contenido de las cajas. 

Tenia suficiente tiempo en donde ordeno todo lo que traía las cajas. Aprendió a cultivar, a cocinar y diversas cosas más. Por la noche disfrutaba el cielo sin estrellas, mientras se encontraba cerca de la fogata la cuál estaba encendida por la heces de los animales, logro cortar un árbol pero había terminado herida por el trabajo personal y la caída del tronco, había decidido que lo iba a ocupar para algo importante. 

Los días iban pasando y con el la comida se iba acabando, quedaba muy poca, los vegetales que había cultivado le faltaba bastante y estaban los animales, ella no quería hacerlo pero sabía que era necesario. 

Era un día algo normal para Hipatia. Estaba sentada cerca de la fogata apagada mientras preparaba su propia arma. Había cortado algo de la madera del árbol, afilo un roca con otra y todo aquello lo había atado con una de las enredaderas sin ninguna hoja. Al llegar el momento separo un animal del resto de todos, respiro profundo y imagino que aquel animal era el o los culpables de que ella estuviera ahí atrapada y enterró su arma casera en el animal, este había soltado un gemido y algo de sangre llego al rostro de Hipatia. 

Pero la chica no tuvo mucho tiempo para seguir con lo suyo ya que un extraño ruido se aproximo, como si metales chocando contra si. Aquello debía agregarlo a su lista improvisada de las cosas anormales del lugar. Se acercó hacía donde provenía el ruido, era la gran caja. Escucho como esta hacía un especie de click, tomo su arma y abrió las puertas. 

Aquella arma cayó al suelo al ver varias cajas, una chica de tez morena y cabello rizado. Esta estaba asustada y más al ver a una chica apuntándole con una especie de arma y con sangre en su rostro, tan solo al mirarla supo que era su especie de fin y de lo peligrosa que era aquella chica, aunque una palabra llego a su mente para describir mejor a la pelirroja, salvaje. 

Hipatia vio a la chica asustada, tenía lagrimas en su rostro y noto una mancha de sangre entre sus piernas. La pelirroja recordó que unos días después de sus desmayos había sangrado y estaba bastante alterada que grito hasta ya no dar más, sentía que iba a morir de la forma más estúpida que existía. 

-Ayy.- comentó mirando a la morena.- No debes tener miedo, no te pasara nada.

-¿Qui..quien eres? ¿Porque estoy a..aquí? ¿Que es to..todo esto?

-Yo lo llamo la gran caja, y en donde estamos yo lo llame el área. Mi nombre es Hipatia y enserio me encantaría saber que rayos hacemos aquí.- comentó la pelirroja mientras dejaba de lado el arma y se sentaba al frente de la morena.- ¿Recuerdas algo? ¿Tu nombre?

Con aquellas dos preguntas hicieron que la morena se alterara más, no podía recordar nada. 

-No..no ¿Por qué no puedo recordar?

-Tranquila, es normal. Yo pase por lo mismo que tu, pero yo estaba sola.- le comentó mientras se levantaba y le extendía la mano.- Porque no mejor salimos de aquí.

La morena nuevamente la miro atemorizada y Hipatia lo capto. 

-Te prometo que no te haré daño, y si preguntas sobre la sangre es porque acabo de matar a un animal, queda muy poco alimento.... Pero veo que llegaste con alimento y cosas nuevas.- comentó Hipatia al ver uno de los contenidos de las cajas. 

Junto a la novata sacaron todo el contenido de la gran caja pero una de todas llamo la atención de Hipatia, era una caja con su nombre. Ya al abrirla logro ver seis libros, pero lo que llamo su atención era el cambio del peso de los libro. Tomo el más grande y con mayor peso, pero lo que no esperaba era encontrarse con una pistola y una nota ❝ Lo necesitaras, Dash.

Hipatia estaba sorprendida con todo aquello, en uno de los libros había dos cajitas con balas y en otro cuatro frasquito de un color algo azul, mientras que los otros dos eran libros totalmente normales. 

-Ven, puedes usar una de las ropas nuevas para cambiarte.- le comentó Hipatia mientras caminaba hacía una de las dos cabañas, ahí había en total cinco camas. La pelirroja ocupaba la que tenía más espacio para dejar sus cosas y que era la más alejada, además le gustaba ya que tenía una ventana al lado la cuál tenía una vista linda por las mañanas.- Ten, esto te servirá. Recuerdo cuando yo sangre y no sabía que hacer.- le comentó con una sonrisa, se habían tomado bastante confianza. 

-¿Que hiciste?- le pregunto la morena. 

-Ocupe algo del papel que viene en la gran caja.- le comentó. 

Luego de que la novata se arreglara, la pelirroja le enseño a la morena todo lo que sabía de aquel lugar y pequeños fragmentos que recordaba de su vida pasada. Le enseño los dos tatuajes que tenía, uno era el que tenía en la planta de su pie y otro en la muñeca, aquel lo había descubierto a los minutos que había salido del laberinto en donde salía B-0, comieron de la carne del animal que Hipatia había matado unos segundos antes de que llegara la morena. 

Ya para el día siguiente, la morena recordaba que su nombre era Harriet y Hipatia para celebrar escribieron sus nombres en una de las paredes del laberinto. 

𝐑𝐔𝐍, 𝐒𝐔𝐑𝐕𝐈𝐕𝐄 | 𝐍𝐞𝐰𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora