La indignación y la tristeza me aturdieron a niveles insoportables. Me quedé mirándolo por un largo rato, pasmada, confundida, más estúpida de lo que nunca me había sentido.
Johann se paseó por todo el escenario con tal entusiasmo y libertad que terminó de destruir lo que sea que se estrujaba con tanta exasperación en mi pecho. Eso me desequilibró aún más. Me dolía. No supe qué hacer o cómo actuar, por lo que mi única reacción fue quedarme petrificada en mi lugar.
Sabía perfectamente que no tenía por qué sorprenderme. No tenía por qué. Después de todo, yo había sido quien se alejó de él. Johann no tenía ningún poder sobre mí. No podía hacerme tambalear de esta forma. No era nada para mí...
Entonces, ¿por qué me afectaba tanto que él se fuera con alguien más?
Los celos me retorcieron hasta las entrañas. ¿Eran algo? ¿tan rápido se había olvidado de mí? ¿por qué esperaba lo contrario? Miré a Lila tan feliz con su estúpida rosa y me reñí aún más por lo infantil y caprichosa que estaba siendo.
Soy tan complicada.
Tuve que contener la respiración y endurecer la postura para no dejar en evidencia mi guerra mental. Por un momento tuve la vaga idea de pedirle a Abraham que nos fuéramos, que no me sentía bien. Pero al segundo recapacité y vi lo mal que estaría eso.
No quería sentir celos de Johann, no debería pensar en acercármele, no debía estar siquiera mirándolo con tanto sentimiento.
Mierda, no lo entendía. ¿En qué momento Abraham había pasado a un segundo plano? ¿Por qué teniéndolo al lado, se me aceleraba el corazón por alguien más? ¿Qué diablos pasaba conmigo?
Reprimí todo tipo de emociones referentes a Johann y me centré en el chico que tenía a un lado. Abraham cantaba a todo pulmón junto con Lila, ensimismados en la banda. Incluso lo tenía embobado a él también. Eso me llenó aún más de rabia.
Tomé la cerveza que me había estado bebiendo antes y me enganché del brazo de Abraham en un intento para que se acordara de mí. Se giró a verme por un momento, me sonrió con alegría y volvió a lo suyo. Ese amigable gesto me causó todo lo contrario. Todo mi malestar recayó en la pelirroja y si las miradas mataran, ella ya estaría tres metros bajo tierra.
Bebí en silencio y me perdí en mis pensamientos. Al cabo de unos eternos minutos se acabó el concierto y fue momento de emborracharse sin control. Detrás de nosotros la gente empezó a bailar en masa, las mesas comenzaron a vaciarse y yo oculté mi mal genio tras una perfecta fachada de aburrimiento.
—¡Estuvo genial! —alardeó Abraham por lo alto, inmensamente feliz.
A él le encantaban los conciertos, pero ese amor empeoraba cuando se trataba de Rackzers.
Lila asintió con frenesí y ambos le dieron un largo trago a sus bebidas como si ya fueran muy buenos amigo. Eso me enfureció más. Quise correrla de nuestra mesa y regañar a Abraham por dejarme de lado, pero logré controlarme a tiempo, antes de hacer el ridículo aquí dentro.
Ambos no paraban de hablar tan fluidamente. Según Abraham "era muy divertida y tenía muy buen gusto musical". De vez en cuando me preguntaban algo, quizá queriendo incluirme en la conversación, pero fui lo más cortante posible y al momento los ignoraba.
Por favor, que se fuera ya.
Ahora sí estaba furiosa. ¿Acaso todos la preferían a ella por sobre mí? ¿por qué no se iba con Johann de una jodida vez?
Oh, y como si el universo por primera vez en la vida quisiera "darme por mi lado", el susodicho hizo su maravillosa entrada:
—¡Hola, gente! —apareció Johann de repente, yendo directo hacia nosotros, feliz de la vida.
Lila sonrió de oreja a oreja y se lanzó a sus brazos, estrechándolo en un íntimo abrazo exagerado.
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Irresistible tentación © [+18]
Romance"Mi odioso vecino sólo apareció para complicarme la vida y despertar tentaciones imposibles de rechazar". [HUMOR/ROMANCE/NOVELA JUVENIL] -CONTENIDO ADULTO (+18). -PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. Fecha de inicio: 8/12/19