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Los animados comentarios de Abraham en mi publicación de ayer no dejaron de darme vueltas en la cabeza y en el estómago durante toda la mañana.

"POR QUÉ ESTÁS TAN HERMOSA?!!".

"Toda perfecta💘".

"Mi mejor amiga es arte 👀".

Eso y un chico fanfarrón y carita que había empezado a seguirme en Instagram y que casualmente me robó un beso ayer. Cuando vi su foto de perfil no pude evitar ahogar un gritito de emoción. Mi sexy vecino stalker reaccionó a algunas fotos y videos en eso de la madrugada. Yo me quedé dormida en cuanto contesté su mensaje con un "Buenas noches, Popeye". Y después de eso apenas y me puse el pijama.

Todavía seguía metida en la cama. Aún era algo (muy) temprano, así que no había esperanzas de que Chloe y la dormilona de mi madre estuvieran despiertas a esta hora.

Quería disfrutar de mi cama un poco más. Me acurruqué entre las sabanas y abrí el perfil de Johann. Vagué por sus publicaciones y le eché un rápido vistazo a los comentarios por mera y estrictamente curiosidad, ¿ok?

Como era de esperarse, Johann tenía una larga fila de fans. Sus fotografías estaban repletas de piropos y cumplidos. Pero no me concentré en eso, sino en que la mayoría de las fotos se veían tan profesionales e increíbles, como si las hubiese tomado un fotógrafo profesional y no solo porque es un maldito dios afrodisíaco tan buenorro como esos modelos o estrellas de cine que tanto me fascinan.

Si supiera cada cosa que pienso de él, le inflaría el ego hasta el cielo de por vida.

Le devolví el follow y me metí a mi WhatsApp para enfriarme la mente. En notificaciones más recientes estaban unos cuantos mensajes del grupo donde nada más estábamos Dalilah, Willow y yo.

Dalilah mi esposa XXX: Aranzaaaaa, revive por favor.

Willow pucheros: Seguro se folló al vecino y ahora están en un intenso mañanero.

Dalilah mi esposa XXX: En la madre. Tienes toda la razón querida amiga.

Me reí para mis adentros y mejor opté por quitarles las falsas ilusiones de una vez. Ambas estaban en línea, así que les marqué por ahí mismo a ambas y me llevé el móvil al oído. Tardaron un momento en contestar, pero apenas descolgaron me sentí extremadamente ansiosa.

—Buenos días —saludé estratégicamente serena, tragándome mis gritos de fangirl loca internos.

—¿Buenos días? —preguntó Will con un tonillo pícaro en su embelesador acento español, analizando mis palabras.

—Al parecer muy buenos —confirmó Dalilah, en el mismo plan travieso.

—Desearía saber la razón de tremendo milagro —siguió alardeando Will.

—Siempre estoy de buenas —se me escapó una sonrisa inocente y me senté sobre la cama cruzando las piernas al estilo indio.

A estas alturas solo quería gritarlo todo a los cuatro vientos y regocijarme en mi pequeña felicidad.

—¿Vas a seguir haciéndote la tonta o tenemos que preguntártelo de una? —reprochó Dalilah entre divertida e impaciente.

Bueno, igual hacerla de emoción no se me daba muy bien.

—Nos besamos —anuncié, sintiendo como cada letra me acariciaba la garganta enloqueciendo las mariposas en mi estómago.

Incluso sentí como si me quitaran una carga de encima que no sabía que llevaba cargando desde entonces.

Irresistible tentación © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora