Capítulo 21

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Dereck Scheneider

Hace un día soleado, o sea es un buen día para ir a la playa, la misión ha sido aburrida hasta ahora no ha pasado nada extraordinario. Las chicas hicieron buena inteligencia anoche en el club espero que hoy en la dichosa fiesta de playa logren tener contacto con Blaz.

Ingreso con Luther al área de la playa donde se está llevando la fiesta hay bastantes personas, jóvenes drogados, borracho y a punto de tener sexo en la arena. Son la 1 p.m. ¿Cómo pueden estar tan borrachos a esta hora del día? ¿ Así me veía de joven? Dejo de pensar estupideces y me concentro en lo que estoy haciendo en ese lugar.

Visualizo a las chicas al otro extremo de la fiesta, estamos bastante alejados y no hay señal de Blaz. Me irrita esperar, Sasha informo ayer que no anda con muchos guardaespaldas no será complicado entonces; hacer la captura, pero tenemos que encontrar el momento indicado y obviamente con pocos civiles.

Veo a esa hermosa mujer que no me puedo sacra de la cabeza, contonear sus caderas contra Mónica, las tres están tomando cerveza, la transparencia del vestido largo blanco con negro de Natasha, me deja ver su traje de baño; es color negro, lleva el cabello suelto y un labial rojo que atrae la atención de cualquiera. Se ven tan sexy bailando que puedo sentir la dureza despertar en mis pantalones, acomodo el bulto para que no se note, pero duele con un demonio.

Natasha podrías dejar de bailar así. Pienso.

Maldita sea no puedo estar cerca de esa mujer sin estar pensando en hundirme en su interior, más que siempre logra estar tan apretada para mí, siempre lista y dispuesta que se ha vuelto una adicción.

— ¿Son hermosas verdad? —. Suelta Luther a mi lado. Guardo silencio, solo sonrio. — Ya descubrí quién lo abandonó aquella mañana en el club. — Vuelve a hablar. Rio al recordar lo del club fue la mejor noche de mi vida, aunque no puedo decir lo mismo de la mañana.

— Chico listo.

— ¿Puedo preguntar algo? — Me dice. Le hago una seña para que continúe.

—¿Qué hizo para que la coronel volviera a usted después de huir esa mañana? — Su pregunta me deja en el aire y sin una respuesta que dar porque ni yo mismo se cómo lo logre.

— Nadie me abandona en una cama, sin darme una explicación. — Suelto con aires de grandeza.

— Pero es que Mónica, no es como la coronel Petrov y claro que yo no soy como usted. — Habla desanimado el soldado a mi lado.

Nadie es como Natasha, omito decir.

— Ven acá muchacho, lo que tú tienes que hacer es hablar con ella. — Ni yo mismo puedo creer que este diciendo esa tontería, yo ni siquiera hablo con Sasha, yo solo me la follo, entonces ¿Desde cuándo doy consejos amorosos a mis soldados?

— Ella no quiere ataduras, me lo ha dejado claro. — Juro que parece que se va a poner a llorar.

—¿Te interesa mucho? —. Tomo de mi cerveza mirando al horizonte que destella lo caliente del sol.

— Siempre me ha gustado, desde la academia, no puedo creer que hayamos estado juntos el día del club. Fue un sueño. — El chico realmente está enamorado hasta los huesos.

Ve hacia las soldadas encubiertas, pero Luther solo tiene su vista en la rubia de vestido rojo. Ella baila y grita como si no estuviera en una maldita misión, en un momento dado la chica voltea en nuestra dirección y creo que Brenner palidece al notarlo.

— Hoy hablaras con ella, es una orden. — Termino mi cerveza de un solo trago y palmeo su hombro.

Pongo mi atención en Alder que está llegando a la playa, el tipo tiene cara de idiota es un tipo grueso, su cara es cuadrada y unos feos lentes adornan sus ojos, viste un pantalón blanco con una camisa del mismo color, acompañado de cinco guaruras, tal como lo describió la coronel ayer.

Corazón de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora