Natasha Petrov
Las furgonetas se estacionan en la entrada del campamento militar, la ubicación es a los adentros de la selva, el lugar se encuentra bastante camuflado.
El viaje en avión y barco fue cansado, pero no sucedió nada interesante durante el camino, todos el escuadrón se tomo el viaje para descansar por que tenemos claro que por poner los pies en la selva no abría descanso hasta lograr sacar a esas personas de acá.
-- Thompson no seas marica. -- Un hombre moreno alto, corpulento le grita a un delgado muchacho que sostiene con manos temblorosas un cañón.
-- Arma y desarma ese cañón, hasta que lo puedas hacer a la perfección.-- Ordena doy por hecho por su uniforme y por su manera de dar órdenes que es el general Cafton. Suspiro trabajar con veteranos siempre es complicado.
-- Sí señor.-- Con voz temblorosa acepta los mandatos.
-- Y no me digas señor Thompson.-- Grita otra vez, el chico parece que quiere salir corriendo. Veo la escena y el recuerdo de los gritos del general Scheneider en la académia me golpean. Una media sonrisa se forma en mis labios por los recuerdos de la academia.
-- Te ríes del pobre chico. -- La voz de Sebastián, me saca de mis pensamientos.
-- No. Solo recordé cuando yo era la que recibía los gritos de Jhon. --- Le contesto. Mónica llega a mi lado y se une a la conversación.
-- Oh si, escuchar al general gritarnos era lo peor, recuerdo una vez que me impuso como castigo arrastrarme desde el campo de entrenamiento hasta mi cabaña.-- Mónica cuenta con resentimiento, río ante su relato y Sebastián se me une en risas.
--- Podría hacer que ustedes tres se arrastren por la selva, haber si así se siguen riendo.-- La voz gruesa del general nos sobresalta, rápidamente los tres nos colocamos en posición firme.
-- Buenas tardes señor.--- Maldigo cuando las palabras salen de mi boca, le acaba de decir a ese novato que no le dijera señor. -- Coronel Petrov. -- Me presento extiendo mi mano hacia el, la voltea a ver con desprecio.
-- Eres la mujer al mando. -- Sus palabras me hacen enojar, como se atreve. ¡Estupido general!
-- General Cafton. -- La voz de Dereck me saca de mis pensamientos, el general se voltea centrando su atención solo en el, dejando mi mano estirada hacia el. Bufo con molestia. -- La coronel Petrov y mi persona estamos al mando, Coronel Scheneider a sus órdenes. -- Ruedo los ojos.
-- Eres el hijo de Jhon. --El estupido general parece que se le quiere tirar encima de la emoción, cuando a mi me acaba de ignorar olímpicamente.
-- Eh oído grandes cosas de ti muchacho, de los mejores de la académia, ademas que llegaste rápidamente al puesto de coronel y estas al frente del mejor escuadrón de la milicia. -- Lo alaba a más no poder, como si el ego de Dereck ya no fuera lo suficientemente grande. Siento las mejillas calientes del enojo que esta situación me provocando.
-- Gracias general, es un placer estar en su campamento. -- El coronel le ofrece su mano y en menos de un segundo el general la sostiene. Aclaro mi garganta por que parece que se olvidaron de mi maldita existencia.
-- La coronel Petrov y yo quisiéramos saber en dónde nos vamos a instalar. -- Le ofrezco mi sonrisa más falsa al viejo ese.
-- No sabía que ahora se compartían los mandatos.-- Suelta con desdén Catfon. Su indirecta es lo suficientemente grande para mi, haciendo que le quiera enterrar una daga en los ojos, por menospreciarme solo por ser mujer.
-- Fue un desicion unánime, era eso o yo dejar el puesto. -- Los ojos del general se abren como platos al oír eso, una gran sonrisa se forma en mis labios.
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Corazón de Hierro
AcciónNatasha Petrov y Dereck Schneider nunca se han cruzado, aunque pertenezcan a la misma milicia ambos siempre han trabajo en equipos diferentes, pero el destino les juega una mala pasada llevando los así a tener que trabajar juntos para poder derrotar...