Capítulo 23

9.4K 671 145
                                    

Natasha Petrov

Todo mi cuerpo es adrenalina pura en este momento, siento como mi corazón late de prisa. Me levanto de encima del cadáver del hombre que acaba de matar. Suelto el arma que había agarrado haciendo que caiga al suelo, uno de los matones me empieza apuntar.

— Tranquilo Hombre, ella no hará nada ¿verdad pequeña? — . Pregunta y juro que quiero descargar todo un cartucho de balas en él. — Querida te dije que nos volveríamos a ver. — El recuerdo de las flores llega a mi mente. Fue una amenaza clara, ¡lo sabía!

— Suéltala. — Pido mientras intento acercarme, pero rápidamente su hombre me lo impide.

— Ella está bien. — Adrien se acerca hasta Mónica. — ¿Verdad señorita Rojas?

La rubia asiente, pero es obvio que es una jodida mentira.

— Vez pequeña Natasha, todo está perfecto. — Lo fulminó con la mirada, paso mis manos por mi rostro en un acto de desesperación, termino llenándome mis mejillas de sangre.

— ¿Qué quieres? — . Pregunto sin rodeos.

— ¡Quiero a mi hermana conmigo! —. Grita, doy un salto en mi lugar al oírlo. — Hasta la pregunta es tonta coronel.

— Y al parecer tus jefes no entienden mis mandatos, he decidido que tal vez matando a sus soldados el mensaje sea más claro. — Adrien mueve a Mónica hacia la esquina derecha de la habitación, temo que cualquier movimiento brusco haga que la bomba que está en el chaleco que carga mi amiga explote.

— Adrien por favor. Déjala ir, yo me quedo en su lugar.

— No puedo negar que tu ofrecimiento es muy bueno, pero prefiero tenerla a la dos. — Suelta a Mónica y se me acerca, quedamos de frente. Lo miro seria y hasta podría decir que lo reto con la mirada, no voy a permitir que me doblegue.

— Eres hermosa, no cabe duda. — Saca un pañuelo de su traje levanta su mano hacia mis mejillas llenas de carmesí. Me quedo estática sin mover ni un pelo, el empieza a limpiar la sangre, guardo silencio y lo dejo hacer, mis ojos buscan a Mónica, ella luce tranquila, pero ambas sabemos que esa bomba la volara en cachitos y no quedara ni rastros de ella si se llega a detonar.

Es C4 lo que está en su cuerpo, con eso ya lo digo todo.

Adrien al parecer termina de limpiarme mi cara y cuando creo que se alejara coge mis manos y también las limpia.

— Estas herida. — Murmura el mafioso. Había olvidado la bala de mi brazo, ignoro sus palabras porque a mí lo único que me importa es en el chaleco bomba que carga Monica, lo analizo bien y sé que soy capaz de desactivarla.

— Sé que podrás desactivarla. — Las palabras de Adrien me sacan de los miles de planes que está ideando mi cabeza para escapar vivas de acá, él me sonríe lo veo quitarse la corbata de su traje. — Mi pregunta es; ¿Cuál de las dos bombas vas a desactivar? — Amarra su corbata en mi brazo haciendo un torniquete al alrededor de la herida de bala. Chillo un poco ante la presión.

Ignoro el dolor y lo miro expectante sin entender su pregunta, entonces junto entra un hombre con un maletín, lo abre esta no es una bomba exactamente es un reloj en cuenta regresiva.

— Pequeña tendrás que decidir a quién salvaras? —. Mi mundo se derrumba al oír esas palabras. Pienso en Dereck, Amanda, Lucia, Jhon. La otra bomba puede estar en cualquier lugar. Esto no puede ser...

Volteo a ver a Mónica y lágrimas ruedan por sus mejillas, se lo que está pensando.

—¿Qué está pasando? —. Blaz ha despertado.

Corazón de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora