Final.

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Natasha Petrov.

-- Casi me matas de un susto Scheneider.-- Llevó una mano a mi pecho por el susto, el se encuentra en el marco de la puerta sin camisa y solo con el pantalón de su uniforme militar. 

-- Estoy disfrutando las vistas, pero hermosa las disfrutaría más sin esa toalla.-- Él se acerca a mí a paso rápido, sonríe contra mi rostro al llegar, su boca busca la mía y yo simplemente cedo al contacto. Me concentro tanto en las caricias de sus labios, que no me percato cuando suelta el nudo de mi toalla dejándome desnuda para el. 

Sus manos se empiezan a mover por mi cuerpo, acaricia mis caderas y después baja hasta mi trasero. Inevitablemente un chillido sale de mi garganta por el inesperado agarre, el aprovecha para meter su lengua en mi cavidad bucal, mi lengua hace contacto con la suya enrollándose en una batalla apasionada de poder. 

Nuestros pies se mueven lentamente en sincronía por el cuarto de baño, las yemas de mis dedos se cuelan por su cabello soltando la coleta que amarraba su cabellera castaña.  No me doy cuenta que hemos ingresado al cubículo de la ducha, hasta que Dereck deja mis labios, con sus manos levanta mis piernas y las coloca alrededor de su cintura, su boca baja por mi clavícula dejando pequeños besos por mi piel.  

Sus manos por todo mi cuerpo y su boca en mi cuello me saca gemidos involuntarios, sus manos envuelven mis senos, sus dedos acarician mis pezones hasta endurecerlos, mientras siento como chupa mi cuello y puedo asegurar que eso dejara marcas. 

-- Der... Dereck... amor debo de ir a ver a los trillizos.--  Apenas y logró pronunciar la oración completa. 

-- No, no debes.-- Su boca vuelve a la mía impidiendo que siga objetando.

-- Podríamos dejar esto para más tarde.-- Susurro después de que sus labios se cansen de jugar con los míos.

-- En realidad no podemos nena.-- Dice, sus ojos grises me hipnotizan mientras sus manos se cuelan por mis pliegues vaginales.

--¡Dereck.!-- Suplico. Dos de sus dedos frotan mi clítoris, gimo y mi cuerpo se arquea al sentir las caricias. Estoy tan mojada que en el momento que el mete sus dedos en mi interior, se deslizan con facilidad en mi. 

Mis uñas se clavan en su espalda al sentir las penetraciones de sus dedos en mi coño, Dereck acalla los sonidos que salen de mi garganta con su boca, chupa y muerde mis labios hasta dejarlos hinchados, estoy apunto de llegar a mi orgasmo, pero él se detiene impidiendo mi liberación.

-- ¡Scheneider!-- Me quejo y gimoteo con suplica, trato de moverme buscando placer, pero el agarre de sus manos en mi cadera me lo impide, hecho mis cabeza hacia atrás con frustración, entonces escucho el sonido de la cremallera del pantalón de Dereck abrirse. Bajo mi mirada justo en el momento que su polla queda libre de alguna prenda, me relamo los labios al visualizar la longitud y grosor de su pene.

-- Seré rápido. -- Me dice, su mano sube a mi mejilla la envuelve en su palma y luego deja un corto beso en mis labios. 

-- No me mientas. Nunca eres rápido.-- El rie, baja una de mis piernas de su cadera y sostiene mi otra pierna con su mano dejándola a la altura de su cintura.

Siento la cabeza de su miembro en mi entrada y sin muchos más miramientos me folla, el es rudo, me empotra dura contra la pared de nuestra ducha empezando un vaivén en nuestros cuerpos, chocando nuestras caderas en penetraciones constantes de su pene contra mi entrada. Lo caliente de nuestros sexos juntos evapora todo el ambiente de la ducha. Mi boca cae en su hombro mordiendolo para impedir que se escuchen mis quejidos de placer. 

Y como lo dije el no fue rápido todo lo contrario se toma su tiempo, exactamente no se cuanto tiempo se toma, pero después de muchas penetraciones siento como mis paredes contraerse alrededor del miembro de Dereck, mi arrasador orgasmo llega dejándome sin aliento, aún así las penetraciones no se detienen, unos minutos después llega la liberación de mi hombre en conjunto con varios gruñidos. El da unas últimas estocadas para después salir de mi interior. 

Corazón de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora