Capitulo 13-La chispa del amor.

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Somos de quien nos eleva hasta lo más alto y que sin previo aviso nos deja caer al mismísimo infierno.





Victoria miraba la escena sintiendo un huracán interno arremetiendo con todo a su paso, le molestaba, le quemaba verlo en brazos de otra mujer, la recorrió de pies a cabeza sin importarle nada al respecto, asqueada por el atrevido atuendo que vestía, usaba un vestido verde un poco más arriba de las rodillas, casi a mitad del muslo, le acentuaba la cintura descaradamente y para colmo llevaba un escote bastante revelador, no había equilibrio alguno en aquel vestido, arrugó la cara cruzándose de brazos, estaba enojada y escandalizada, esos zapatos... parecían de teibolera barata, eran demasiado altos, no iba a negarlo tenía de dónde hagarrar, su rostro era casi que angelical y su cabello caía como cascada hasta los hombros de un bonito color castaño, era hermosa y todo parecía quedarle muy bien, pero por desgracia a ella no le gustaba nada de lo que estaba presenciando.

Leticia lo apretaba contra ella, feliz de volver a verlo, de sentirlo, su corazón latía a más no poder, no obstante, había entrado sin percatarse de nada a su al rededor, cuando por fin dejó de abrazarlo sintió como si una mirada la estuviese atravesando con un cuchillo.

—No lo puedo creer.—Dijo sin salir de su asombro, estaba tan contento que no podía dejar de sonreír, cosa que le molestó aún más a Victoria.—porque no me llamaste.

—Perdón.—Se giraba algo apenada.—No sabía que aún estabas en consulta.—Dijo observando a la mujer que no parecía muy contenta.

Heriberto dejó de sonreír y carraspeó un poco, en la mirada de Victoria solo había fuego y estaba ardiendo. Habían celos rondando por el lugar.

—No de hecho no lo estaba, es una amiga.—Victoria apretó la mandíbula fingiendo una pequeña sonrisa.—te presento a Victoria Sandoval.—La miraba fijamente a los ojos.—la mujer que últimamente ha puesto mi mundo de cabeza.

Victoria trago en seco, todo en su interior era un completo caos, porque cuando se reflejaba en esa mirada sentía que nada más existía, que solo eran ellos dos y que eso que se escondía en su corazón crecía como espuma.

La mujer de cabello castaño los miraba a los dos atando cabos, era como un sabor amargo que le subía por la garganta.

—Es un placer, Leticia Rodríguez íntima amiga del caballero presente.—Le ofrecía la mano a modo de saludo.

Victoria dudo un poco pero al final terminó estrechando su mano. Elevó la barbilla delicadamente porque sabía, que las palabras de Leticia tenían doble sentido, no era estúpida.

—Ah que bien, ¿Eres alguna... enfermera?.—La miraba detenidamente.

Heriberto negó con la cabeza disimuladamente, no era muy difícil deducir lo que estaba sucediendo.

—No de hecho soy Doctora, colega de Heriberto, estaba de permiso.—Tomaba del brazo a Heriberto.—pero estoy de vuelta y por un buen tiempo.—Le palmeo el brazo un par de veces.—No puedo estar tanto tiempo lejos de todo lo que amo.

Las mejillas de Victoria se enrojecieron, ¿Estaba marcando territorio? ¿O es que acaso ellos tenían algo y ella como estúpida pensando en él?. ‹‹Maldita igualada, teibolera de mala muerte.››

—Que bien, bueno ya yo me tengo que ir.—Se acerco a Heriberto y lo miró un par de segundos a los ojos.—gracias por todo y...—Se acercó un poco más a su oído.—acepto...—Murmuró y le guiño un ojo.—estare esperando tu llamada.—Miro a Leticia, todo su rostro estaba desencajado y sin poder evitarlo sonrió.—que disfrutes tu íntegro querida, fue un placer.

Heriberto se había quedado sin aliento, no podía creer lo que acababa de pasar, quizás por la presencia de Leticia o porque de verdad quería volver a verlo, sin saber los motivos no desaprovecharia la oportunidad. Victoria abría la puerta cuando él por fin reaccionó, se apresuró a tomarla de la mano antes de que ella terminara de salir.

La Dama De Hielo. V&HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora