Benja....
Quería tirar el colgante donde fuera.
En los tortuosos días que siguieron desde la mañana de la partida de Camila, había intentado hacerlo en la basura, en el río y por un precipicio, pero no lo había conseguido.
El día en que ella se había ido, había permanecido en promontorio fuera del pueblo mirando cómo su coche desaparecía y, bastante después de perderse en la distancia, seguía allí con el colgante en la mano.
En las semanas que siguieron mantuvo la perla en un cajón de su habitación y había adquirido la costumbre de metérsela en el bolsillo de los vaqueros al empezar el día con la débil esperanza de que, después de un tiempo de vivir en la ciudad, ella se cansara y volviera a casa.
Mientras tanto, él realizaba su trabajo en el rancho como un robot.
Cuando Camila había vivido en el pueblo, le había gustado su trabajo, pero ahora la rutina diaria se le hacía insoportable sin ella.
Era ella la que había hecho que su vida fuera interesante y ahora ella había cumplido su sueño y lo había dejado atrás.
En un caluroso día de finales de febrero, estaba una tarde tirando piedras al río cuando llegó a una decisión vital.
En cuanto sus padres murieran, vendería el rancho y se iría a recorrer mundo.
Eso no supliría la pérdida de Camila, pero tendría que servir.
Entonces, toda la farsa le pareció estúpida.
Aparentar que amaba un rancho que no conservaría en cuanto sus padres murieran era una injusticia para ellos.
Sin embargo, contarles la verdad después de tantos años, no sería fácil.
Pero tendría que hacerlo y acabar con aquella hipocresía.
Esperé hasta que acabaron de cenar.
Apenas había sido capaz de probar el mejor asado de su madre, pero me obligué a tomar hasta el último bocado y mantener una conversación sobre antigüedades y sementales.
Desde que había entrado en el rancho esa tarde, lo había visto con unos ojos nuevos.
Ahora que había decidido que aquel lugar no lo encadenaría, podía valorar las brillantes vigas y la chimenea de piedra, el pesado mobiliario de cuero alrededor de la chimenea y la mesa de caoba labrada del comedor.
No sería un mal sitio para vivir.., algún día y con la persona adecuada.
Pero no podía esperar que sus padres lo mantuvieran sin él hasta que se asentara, ya que antes de que llegara ese día tenía muchas cosas que hacer.
Por fin, aparté mi plato a un lado y los miré.
BEN:__Tengo que hablar con ustedes. Es... bastante serio.
MORA:__Por fin -exclamó mi madre con un suspiro.
La miré con sorpresa.
BEN:__¿Qué quieres decir?
SERG:__Tu madre ha estado muerta de preocupación por ti desde que se fue Camila. Y yo también un poco, debo admitir. Has estado comportándote como un robot, como si hubieras perdido a tu mejor amigo, que supongo que es lo que ha pasado.
Sentí ardor en el cuello. Había estado tan absorto en mí mismo últimamente, que no me había dado cuenta de que mí estado de ánimo había afectado a mis padres.
BEN:__Siento haber estado insoportable.
SERG:__Lo has estado -admitió.
MORA:No, no lo ha sido, Sergio -dirigió a su marido una mirada de advertencia-. Ha estado un poco sombrío, eso es todo.
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MI TENTACIÓN
Teen Fiction¿Cómo perder la virginidad? -Una joven de 22 años que quiere perder su virginidad -Arma un proyecto de verano para conseguir su objetivo -La búsqueda de un candidato -Cuatro hermanos súper protectores que tiene que evadir para que no se enteren de s...