Al regresar a su habitación, Anne y Lauren no la esperaban. De hecho, apenas las había visto en los últimos días, ya que, según estas, el mayordomo las mantenía atareadas con los preparativos para los visitantes.
Debido al abandono de la habitación, esta estaba gélida.
Regina no pudo evitar recordar como Destrian se hacía cargo del fuego cada vez que entraba a la habitación. Su tarea había sido mantener las llamas encendidas hasta que ambos estuvieran profundamente dormidos, o hasta que el frío ya no importara.
Regina contuvo un suspiro lastimero. Era extraño no tener a Destrian cerca.
Aunque le costara hablar del tema, Regina se había acostumbrado a su presencia. A ver su enorme sombra, a oír sus pasos, o la forma maniática que tenía de recorrer la habitación, preparando sus prendas para el día siguiente. Regina incluso extrañaba el hábito que este tenía de lanzarse a los sillones sin contemplar su peso, o lo débil de las patas de estos. Algún día Destrian terminaría en el piso y con una silla rota.
Lo extrañaba tanto que comenzaba a reconsiderar si cumplir su amenaza, pero antes de tomar una decisión, su estómago gruñó. Era la hora del almuerzo, y no tenía a nadie cerca para acompañarla. Sabía de Celene debía estar buscándola para lo mismo, por lo que dejó su habitación para reunirse con ella.
Un par de corredores y un tramo de escaleras la separaba de la alcoba de su amiga. Al llegar a las puertas le sorprendió oír que la chica estaba acompañada, ya que había pensado que estaría tan sola como ella.
—¿Te dijo algo sobre Claus? ¿Parece interesada en él? —preguntaba la voz de Lucille.
Celene negó.
—No, aunque él sí parece interesado en ella. Anoche en la cena no dejaba de mirarla.
—No es de dudar. No sabes cómo le endulcé el oído hablándole de ella todas estas semanas.
—A Regina le llamó la atención la cercanía entre ambos, puede sospechar que hay algo entre ustedes dos.
—¡Para nada! Claus es todo menos formal, hay que saber tratarlo para que cuando llegue el momento, tome nuestro bando.
Las mujeres guardaron silencio por algunos segundos. Regina podía escuchar el movimiento de sus cubiertos. A ella se le revolvía el estómago por la facilidad que tenían para hablar de ella, para traicionarla, sin siquiera perder el apetito.
—Hace unos minutos vino una de las doncellas de Regina. La chica dijo que los vio en el salón principal, hablando a solas junto a la chimenea.
—¿Con Claus? Bien, eso sí nos servirá. —contestó Lucille entre bocados, ya que se oía como masticaba entre palabras. —Es un avance. Solo necesito alargar un poco más la estadía de Destrian en el castillo de caza. Estoy segura de que Regina intentará algo con Claus, o con alguno de los otros.
A pesar de no haber sido la más aplicada en sus estudios, Regina no entendía qué había hecho para despertar aquellos sentimientos en ellas. ¿En qué momento había ofendido tan profundamente a Lucille para que esta se tomara tales molestias? ¿Había dicho algo equivocado despertando su odio? De ser así, ella no lo recordaba.
Desde un inicio Regina solo había querido agradarla, acercarse para aprender de ella. La idolatraba, pero aquel sentimiento fue rápidamente arrebatado por el trato amargo de su suegra. Eso la mantuvo alerta, pero jamás pudo haber esperado la traición por parte de Celene.
Tal vez si los primeros días, pero con las semanas Celene y ella habían formado una relación de hermandad. La quería casi tanto como a sus hermanas, y esta la había traicionado. ¿Por cuánto tiempo habrían estado hablando a sus espaldas? ¿Habían sido amigas realmente, o todo había sido un acto planeado por Lucille?
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Regina (2° Libro de Las Crónicas de Caister) ✔️
Tarihi KurguAcostumbrada a conseguir lo que desea, ¿Será Destrian otro de sus caprichos o un obstáculo a superar? • • • Desde corta edad Regina siempre imaginó su futuro...