24. La mañana de la boda.

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Gulf apenas pudo dormir, los nervios lo carcomían, todo en la casa era un lío debido a los arreglos de última hora para la ceremonia, la cual se celebraría en un hotel con vista a un hermoso lago. Sus nervios no tenían nada que ver con el evento que se aproximaba, si no más bien con el hecho de que aún no estaba seguro de lo que estaba haciendo.

Su corazón gritaba estar seguro de lo que sentía por Mew, pero no sabía que era lo que éste sentía por él, por las acciones que había tenido las últimas semanas tenía la esperanza de que le gustara un poco, pero era solo eso; esperanza, en ningún momento Mew le había dicho como se sentía acerca de su matrimonio o que clase de sentimientos albergaba en su corazón respecto a él.

Cuando decidió aceptar este matrimonio, lo hizo a petición de su madre para evitar un escandalo mayor, pero nunca se imaginó que llegaría a enamorarse de aquel hombre a tal punto que ahora no se reconocía a si mismo. Mientras esperaba que su traje llegara repetía en su cabeza las palabras que diría al momento de pronunciar los votos.

Con su traje en mano se dirigió al hotel con la esperanza de que todo marchara bien, pero con la sensación de que algo podría suceder. Al llegar a su habitación de hotel seguía reflexionando sobre sus sentimientos, hasta que un momento no pudo respirar y salió a tomar aire fresco.

Mientras tanto en otra habitación del mismo hotel, otro joven se encontraba de muy buen humor, sabía que lo que estaba a punto de suceder significaba un gran paso en su vida, después de la charla que tuvo ayer con su hermano, Mew tuvo toda la noche para pensar acerca de sus sentimientos por Gulf, se había enamorado de un maravilloso hombre y por primera vez en mucho tiempo se sentía completo y en paz consigo mismo.

Era tanta la euforia que sentía en ese momento, que tenía la impresión de que la habitación era demasiado pequeña así que optó por salir a tomar un poco de aire, faltaban algunas horas para la ceremonia por lo que pensó que tendría tiempo para relajarse, pero con lo que no contaba fue que al salir a uno de los jardines fuera del hotel, se toparía con una de las personas que menos se imaginaba encontrar.

- ¿Qué estás haciendo aquí? – Preguntó al rostro familiar, quien aparentemente no tenía ningún gramo de culpabilidad o sorpresa al encontrarlo aquí.

- Este hotel pertenece a mi familia. – dijo Art sin remordimientos.

- Claro. – dijo con sarcasmo. Mientras se giraba para marcharse Art lo tomó del brazo.

- Mew por favor habla conmigo. – suplicó.

- No tenemos nada que hablar. – dijo cortante tratando de zafarse.

- Mew, lo nuestro no puede haber concluido así. – insistió.

- ¿Qué quieres decir? –

- Me amas, no puedes haberme olvidado tan fácilmente, fuiste mi primer amor y yo el tuyo. – esas palabras trajeron a la mente de Mew aquel primer amor del que hablaba, pero...

- Si, es cierto, fuiste mi primer amor, cuando te conocí no sabía lo que era el amor, no lo buscaba ni lo conocía, hasta que apareciste tu. – empezó recordando como había pasado de tener aventuras a perseguir a un chico de ojos grandes por todo el campus.

- Mew, recuerda nuestros besos, como tus manos combinaban con las mías ¿no extrañas eso? – Mew se sintió rodeado por unos brazos, afortunadamente nadie pasaba por el jardín en ese momento.

- ¿Sabes que es lo más curioso? Que nunca pensé que podría extrañar tanto a alguien, que el tiempo podía pasar tan lento y que tomaría tanto de mi no buscarte o llamarte. – en su mente recordaba esos días oscuros en LA.

- Para mí también fue un infierno, te juro que fui a buscarte, pero no aparecías por ningún lado, hasta que me enteré de que te habías ido a América, quise ir por ti, supongo que esperaba que un día volvieras por mí. - sus ojos reflejaban sinceridad, una que Mew ya no sentía.

- Hasta que volví, pero no fue como te imaginabas. –

- Si, así es, me partió el corazón saber que te habías casado, podemos escaparnos, podemos continuar nuestra historia, podemos al fin ser felices. – la suplica fue acompañada por la fuerza del abrazo, las manos de Mew por instinto fueron a esos brazos que lo envolvían.

- Art yo... - no tuvo tiempo de terminar esa frase porque unos labios atraparon los suyos en un beso, hace años esos labios dejaron de hacerlo sentir algo en absoluto, fueron los labios de Gulf los que anhelaba en ese momento.

***

Gulf no pudo soportar escuchar o ver nada más, ese beso solo le recordó que el intruso en la vida de Mew era él, se marcho de ahí, donde el aire se volvió espeso, regresó a su habitación y tomó la decisión más difícil de su vida, desaparecería de la vida de Mew, si éste lo dejaba primero no podría soportarlo, su corazón no podría con el dolor de la perdida, así que decidió dejarle el camino libre sabiendo que al menos así no viviría con una mala decisión. Mew podría ser feliz con la persona que amaba. "lo siento mamá" pensó antes de marcharse, no sin antes dejar una nota dirigida al único amor de su vida.

***

Mew alejó a Art de un tirón, se limpió los labios con el dorso de la mano y la mirada sorprendida en el rostro del otro sería cómica si no estuvieran en esta situación.

- ¡Art por Dios! ¡estoy casado! – le gritó.

- ¡Ya te dije que no me importa! – gritó también el otro.

- ¡Pero a mi si! – tenía que calmarse o harían un escándalo aquí mismo. – si, te extrañe, pero eso fue antes de conocer a mi esposo ¿ahora vuelves a buscarme? ¿crees que no sabía que no te habías casado? ¿crees que no conocía tus movimientos? Te dejé porque odio las mentiras, me mentiste como un estúpido. –

- No tenía opción, por favor créeme. – suplicaba.

- Tu padre, lo sé. Pero ese no es el punto, me he enamorado, él es lo mejor que me pudo haber pasado, sus manos, sus besos, amo todo de él, jamás imaginé que amaría tanto a alguien, que me haría volver a creer en el amor después de la forma en la que me engañaste. Entiende; tu eres mi pasado, él es mi vida entera. – puso todo su corazón en esas palabras.

- No puedo creerte. – le dijo sorprendido Art.

- No me importa si me crees o no, nunca volvería contigo, amo a Gulf, mi ESPOSO. – recalcó la palabra "esposo". – adiós Art. -

- ¡Mew no! – Art suplicaba en lágrimas, pero Mew no escuchaba, solo le interesaba regresar con su esposo.

De regreso en su habitación Mew esperaba impaciente llegara la hora de la ceremonia, se vistió y espero fuera llamado al altar y pronunciar las palabras que tanto quería decirle. Pero un escandalo en el pasillo lo sacó de sus pensamientos.

- ¿Que sucede? - preguntó a las mujeres que se debatían si entrar o no a su habitación.

- Oh hijo no queríamos molestarte, es que ya casi es hora, solo que... - esas palabras de su madre y la mirada de soslayo a su amiga le dieron muy mala espina.

- Solo ¿que? - preguntó.

- Es Gulf. - dijo la madre de éste. - ¿No está contigo? - preguntó después de lanzar una mirada de preocupación a su amiga.

- No madre, no lo he visto desde ayer. - Mew empezaba a preocuparse.

- Bueno... Esa es la cosa... Que nadie lo ha visto. - dijeron las mujeres.

- Tu hermano lo está buscando, pero no responde a su celular. -

Mew llamó repetidamente al celular de Gulf, pero no respondía o lo tenía apagado. - ¿Dónde está su habitación? - preguntó.

Le indicaron el número de habitación y se dirigió hacia allí aprisa, cuando llegó solo encontró la ropa de Gulf tendida en la cama y una nota sobre ella, su corazón dejó de latir cuando al abrirla la letra de Gulf hacía añicos sus ilusiones.

Lo Aprendí de Ti 💔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora