30. ¿Quién eres tu?

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Gulf observaba a los ojos de Mew que poco a poco se acercaba a sus labios, su cuerpo reaccionaba instintivamente a las caricias de su esposo, una mano subía por su pecho y un gemido escapó de su boca. Mew aprovechó eso para besarlo, sus labios danzaban al ritmo de sus corazones, ambas leguas se embarcaron en una especie de pelea por el dominio de la boca del otro, no podía soportarlo más.

Pero Mew se detuvo, sus manos y sus besos detuvieron sus movimientos y su corazón dio un brinco ante la añoranza, lo observaba con ojos vidriosos por la lujuria y el deseo.

- No puedo... Aún no me has dicho que me perdonas y no quiero aprovecharme. - Mew puso su frente en la suya. - Aunque me muera de deseo por ti. -

- Mew... - suplicaba y no tenía idea de porque.

- No me veas así... No me hables así o no podre resistirlo. - mientras decía esto lo abrazaba fuertemente.

Pero Gulf quería demostrarle que también le afectaba, tomó su mano y la llevó a su entrepirrna. - También te deseo, me provocas y me dejas así, no es justo. -

- Cierto, no es justo para ti... - iba bajando por su cuerpo hasta quedar con su rostro frente a su miembro cubierto por la ropa de dormir. - Me encargaré de esto. - dijo antes de inhalar su aroma y subir a besar su ombligo.

Las sensaciones eróticas que le provocaba eran indescriptibles, todos sus nervios estaban en alerta a cada beso, cada caricia.

Mew poco a poco iba bajando por su ingle mientras masajeaba su miembro por sobre la ropa, hasta que metió la mano dentro y lo acarició muy lentamente, un gemido amenazaba con dejar su garganta.

- No te contengas... Tus gemidos me dicen cuanto lo disfrutas. - susurró antes de sacar su miembro de su ropa y lamer la punta.

- Ahhhhh Mew... Ahhh... - esta vez no contuvo sus gemidos.

Mew continuaba lamiendo su miembro esta vez de la base a la punta mientras jugaba con sus testículos con una mano, la otra subía por su cadera.

- Ahhhh siiii - se oyó decir e inclinó la cabeza hacia atrás cuando Mew metió su miembro por completo a su boca.

Su esposo continuó lamiendo y chupando hasta dejarlo muy erecto y firme. Cuando miro hacia abajo veía su cabeza subir y bajar, su miembro desaparecía en su boca, Mew levantó la vista a sus ojos, la mirada era tan sexi que no pudo evitar bajar las manos para acariciar sus mejillas, su pelo, su mandíbula, hizo un movimiento de succión y eso fue la gloria.

Tomó la cabeza se Mew con ambas manos, se miraron a los ojos y este dijo: - Dámelo todo. -

Con eso comenzó a embestir su boca con más fuerza y rapidez, su esposo solo cerró sus ojos y se dejó llevar.

- Mew... Ahhhh... Cerca... - fue toda la advertencia para que se alejara, pero su esposo no se alejó, en cambio empezó a susccionar con más fuerza y cuando se vino en su boca fue tan fuerte que luces giraban detrás de sus ojos.

No podía creer que hubiera tenido un orgasmo de esta magnitud, si corazón apenas resistía, Mew subió besando su torso hasta llegar a sus labios, en su beso podía sentir su propio sabor.

- ¿Lo tragaste todo? -

- Eres tu, tu sabor, tu olor, me gusta todo de ti. - esa respuesta lo tenía en el cielo.

- ¿Y que hay de ti? - preguntó.

- Yo estoy bien, con verte disfrutar hace que sea placentero. -

Durmieron abrazados durante la noche y a la mañana siguiente Gulf despertó con el olor de una deliciosa comida, se levantó y fue a la cocina.

- Wow eso se ve delicioso. - sus ojos se iluminaron.

- Aunque debas comer sano, no significa que debas comer comida con mal sabor, te dije que te cuidaría. - y así se sentía, cuidado por Mew, desde ayer ya había decidió perdonarlo y olvidar todo lo ocurrido para que pudieran continuar con sus vidas y su matrimonio, pero se distrajo con la boca de Mew.

- Iré a ducharme. -

- ¿Quieres que te ayude? - se detuvo cuando escuchó eso.

- ¿No se quemará tu comida? - su pregunta fue más que todo un reto.

- Cierto, debo terminar esto. - respondió Mew.

- Mmmm... Lástima. - su mirada fue seductora y se dirigió al baño a paso lento.

Mientras se bañaba sintió que la puerta de la ducha se abría, Mew entro en toda su esplendorosa desnudez, su cuerpo podía hacerlo caer de rodillas.

- ¿Quemarás la cocina? -

- No podía rechazar esta invitación. -

- ¿Quien te invitó? -

- Si quieres puedo irme. - cuando Mew iba a darse la vuelta, lo detuvo y lo pegó a su pecho en un abrazo, tomó jabón y empezó a acariciarlo por todo el cuerpo.

- Se supone que sería yo quien te ayudaría. -

- Dejame hacerlo. - lo acarició por todo él cuerpo, desde el cuello hasta el trasero e ingle.

Cuando llego a su miembro que ya estaba erecto, su mano seguía un ritmo propio, los gemidos de Mew llenaban el baño.

- Gulf, no me tortures por favor. -

- Bien, puedes rosarlos. - dijo agarrando ambos miembros con una mano.

Lo que siguió fue una lucha de gemidos en el baño, la ducha olvidado completamente, en medio de todo el erotismo, Gulf saltó y sus piernas abrazaban las caderas de Mew, lo que permitía que sus miembros se rosaran aún más. Ambos llegaron al mismo tiempo y mientras recuperaban sus respiraciones los brazos de Gulf rodeaban su cuello.

Mas tarde Gulf observaba una gotera que no había visto antes en el techo, fue a buscar una escalera, pero Mew lo detuvo.

- ¿Que haces? -

- Hay una gotera, voy a arreglarla. - dijo mientras ponía la escalera.

- Dejame hacerlo, no puedes hacer muchos esfuerzos.

- No estoy inválido. - dijo eso, pero Mew ya estaba a mitad de la escalera.

- ¿Puedes pasarme el martillo, ya encontré la teja dañada, voy a cambiarla. - Gulf fue a por el martillo y clavos, justo antes de girarse, el sonido de alguien cayendo estrepitosamente al suelo hizo que su corazón se detuviera.

Cuando llegó al lugar donde había caído Mew, lo encontró inconsciente, con lágrimas en los ojos comenzó a llamarlo.

- Mew háblame por favor, despierta ¡Mew! - por más que llamaba no respondía.

De donde pudo llamó a una ambulancia, le dijeron que no lo moviera, así que sólo pudo estar ahí llorando de impotencia mientras llegaban los paramédicos y lo metían en la ambulancia.

En la sala de espera se encontraban dos familias reunidas esperando noticias.

- Gulf no te preocupes, mi hermano es cabeza dura, seguramente estará bien. - le dijo Korn, el hermano mayor de Mew.

La angustia de lo que pasaba no lo dejaba concentrarse en lo que había a su alrededor, sus padres y los padres de Mew trataban de calmarlo.

Cuando el doctor al fin salió, les informó que Mew estaba bien, solo había recibido un fuerte golpe en la cabeza, lo mantendrían en observación esta noche por alguna posible contusión. Les dieron permiso para verlo, sus padres entraron primero, pero a medio camino le dieron el paso a Gulf, quien ahora encabezaba al grupo.

Mew se veía tan sereno y tranquilo con una venda en la cabeza y los ojos cerrados, Gulf se acercó a su cama y se sentó. Acarició su cabello y en ese instante su esposo abrió los ojos.

Enfocó a las personas dentro de la habitación hasta encontrar los ojos de Gulf. Pero lo siguiente lo dejó completamente en shock.

- ¿Que paso? - preguntó afónico su esposo.

- Tuviste un accidente, te golpeaste la cabeza al caer de la escalera. - le explico Gulf.

- Oh. - Una expresión de confusión llegó a su rostro. - Y... ¿Quién eres tu? - su corazón se detuvo.

Lo Aprendí de Ti 💔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora