¿Un Sueño?

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—Segura que no quieres comer nada. ¿hoy no te sientes bien? —

Remuevo de mi mente el recuerdo de anoche, ver a Lian en ese estado de vulnerabilidad me ha dejado estupefacta y con miles de preocupaciones en la cabeza.

—¿Señora? — miro confundida a Violeta, mirarme con preocupaciones y meditar algo.

—Lo siento. ¿Puedes repetirlo? —

—No ha comido nada ¿ocurre algo? —

—No yo... —No pasa nada, retiralo por favor, no tengo hambre—

A toda prisa me dirijo hacia mi coche, se que Lian hoy no sale con la guardia pero estará en el consejo, siento una opresión en mi pecho y veo repetidas veces la imagen de anoche.

Su rostro lleno de agonía.

Me olvido de la amabilidad y entro al enorme edificio donde tiene el despacho Raymond, las chicas a la entrada me ven pasar y no tengo tiempo para dedicarles un saludo, la necesidad de Lian me pone impaciente, camino los pasillos a toda prisa, observó con detenimiento las placas en la puerta, pero al fondo del pasillo esta la puerta metálica, con su nombre grabado.

Empujó con todas mis fuerzas y me quedo atónita, es... Es como si hubiera entrado a un lugar muy diferente, es un claro, y al final del despacho donde debería estar un estante de madera un hombre demasiado fornido y alto nos mira sonriendo, su cuerpo es excesivamente voluminoso, su larga cabellera cae a los costados y esta en una posición de asecho.

—¡Lian! — grito al observarlo aun muy lejos de mi.

Camino despacio, pensando ¿Que esta ocurriendo? ¿Es un sueño? No, es demasiado real para serlo, siento la hierba en mis pantorrillas al momento que voy caminando.

—¿Lian? — lo tomo del brazo para hacerle saber que estoy aquí.

Pero el sigue observando al hombre que está frente a nosotros y pareciera no notar mi presencia.
Observo como avanza el otro hombre hacia nosotros, en su mano tiene algo que no puedo distinguir, me giro y me doy cuenta que estamos en medio de la nada. ¡Dios mio! Tengo que hacer algo.

—Lian tenemos que salir de aqui. ¡Lian soy yo! — grito mientras me aferro a su brazo y tiro de su camisa.

Piensa rapido chelsa, ¿estoy soñando? No... Esto es real... Esto es como... ¿Una alucinación?

Cada vez veo más cerca al hombre de largo cabello, debo de hacer algo si el esta alucinando, no se por que yo entre en ella pero algo debo de hacer.

—¡Despierta! — le ordenó mientras tiro de su cabeza hacia mi y lo beso.

Mis labios lo besan con tanta intensidad, estoy aterrada, no se si ésto funcionará pero lo intentare. Me doy cuenta que todo cambia cuando el me toma de la cintura. En ese momento algo nos empuja hacia enfrente y Lian esquiva la fuerza y me gira para ser el quien impacta con fuerza la pared sirviendo de amortiguador para mi.

En un instante estamos en el despacho, el cuarto olor a madera  por el enorme escritorio y cuadros pintorescos en las paredes. Un nudo se forma en mi garganta y me pongo a llorar.

—Luna, ¿por que estas llorando? — pregunta alarmado mientras seca mis mejillas con cuidado.

—Tu... Tu no estabas aqui— logro decir mientas me cuelgo de el y hundo mi cara en su cuello.  —No me vuelvas a llevar a ese lugar— gimoteo —creí que morirías mi amor—

—No comprendo — me aparto un poco de el y lo miro a los ojos.

—Parecía que querias que ese hombre te atacara, estabamos desarmados, ¡Dios lian! ¿Por qué lo hiciste? —

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora