Enfrentamiento

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Amber

Hemos caído en la trapa, la visión fue clara, vampiros nos rodean, son demasiados en número, puedo escucharlos y verlos, estamos en un espacio tan reducido. Bastian y una de sus compañeras, la que se llama Lina no estan, los demás del grupo entre ellos Mark, y Azael intentan aniquilarlos pero es imposible.
Miro a Azael quien niega, tengo la daga en mis manos esperando algún ataque, noto la desesperación en sus ojos

—¡No lo hagas! — Grita Mark al ver las intenciones de Azael —Aún no es tiempo—

—¡Diablos! —gruñe cuando clava la estaca en el corazón de uno de ellos. Y otro se abalanza hacia nosotros.

Azael

Me toma un segundo sacar la estaca cuando el vampiro comienza arder y a hacerse ceniza, pero ya tengo encima de mi otro diez.

—Retirense— cuando veo que el fuego avanza contra nosotros y envuelve una parte de la piel de mi brazo, pero estoy tan acostumbrado a estos ataques

—¡Oye! Por poquito mi hermoso cabello se enciende—se queja Bastian quien reaparece. Lo miro de mala gana. Se supone que aquí el del humor soy yo. ¿No?

Un vampiro pasa tan cerca de mi con su arma, tomo otra bola explosiva y la avento pero mis piernas ceden, y Bastinan se mueve y me sostiene evitando que caiga al suelo.

—Te dije que eso era para al último— me recrimina con gesto severo

—¡idiota! No me digas que hacer, por escucharte me distraje y casi me pega una de esas cosas que ellos nos lanzan— le grito furioso.

—Tenemos que salir de aquí— grita Lina al momento que esta sobre los hombros de otro vampiro.

—Mark no esta, esperen— Dice preocupada Amber quién se mueve con rapidez mientras ataca a los salvajes.

¡Maravilloso! El vidente se perdió.

—Es posible que fue al baño—Bastian sonríe mientras pasa su brazo por mi dorso, vienen mas salvajes. Tiraría a bastian de un puño. Pero se me ocurrió otra cosa.

Engancho sus brazos a los mios y comienzo a correr con el de pronto arqueo mi espalda y el dobla sus rodillas y en una pirueta el comienza a arrojar salvajes a la distancia mientras Amber y Lina les encajan la estaca en el corazón.

—Vamonos—ordenó. Amber niegan —No podemos con todos es mejor salir— Bastian y Lina asienten.

—Tenemos que ir en parejas, para cualquier ataque—dice Lina quien sujeta a Amber que está renuente a marcharse.

—¿Listo? — pregunta Bastian con tono socarron. Que patético ser llevado por el que se cree chistoso.

Lina la sujeta del brazo y la obliga a correr, Bastian hace lo propio conmigo. Los cuatro nos movemos a toda prisa. Quedarnos es una locura. Esta es una maldita trampa. Y hemos sido muy estúpidos al no darnos cuenta antes. Atravesamos el valle, internándonos en las faldas de la montaña. Poco a poco su olor se dispersa y sus gruñidos dejan de ser audibles. Nos detenemos cerca de un pequeño río y nos ocultamos entre las rocas. Sé que aún nos siguen, pero confío en que el agua los confunda y nos permita reponernos. Observo mi mano: está completamente llena de sangre, demasiado herida. Dudo poder usarla en un par de horas. Esta vez han sido demasiados y no solo eso, por la impresión no medí la intensidad de las llamas. ¡Mierda! Otro poco y ardo yo con ellos. Hannia tenía razón, debí practicar más

―Tranquilo, hombre. Yo te protegeré ―murmura Bastian con una sonrisa lánguida. Me gustaría romperle la cara, pero no es el momento, solo que de verdad parece que no puede entenderlo

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora