Encrucijada

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Chelsa

Es imposible dormir despues de lo que ha pasado, el ver a Lian en ese estado, tan preocupado por mi, por ser tan débil y frágil.
Fingir que dormía no fue una gran idea, pero solo asi se relajo.
Suspiro girando en la cama descubro que mi almohada esta impregnada de su perfume, ese que me pone a temblar al solo aspirarlo.
Es tan protector conmigo, tan tierno. ¡Lo amo?! Una sonrisa boba se dibuja en mi cara, agradezco que no esta cerca para verme.

Escucho la cerradura de la puerta abrirse, y abro los ojos, se que no es Lian, apenas unos minutos se fue, mi abuela aparece.

—Abuela— digo sorprendida mientras trato de pararme para saludarla, pero me doy cuenta que estoy en una camisa de Lian lo bastante grande.

¿En que momento me desnudo?

La expresión de mi abuela es cosa seria. ¿Que pensara?  Tiro de la manta y cubro mis piernas, la miro nuevamente y sonrió nerviosa.

—¿Como estas? — pregunta conforme se acerca y toca mi mejilla —No tienes color—

Hago una mueca

—Sorprendida— digo mientras intento ponerme en una posición cómoda y no reveladora.

—Tu esposo me contó— ¿le conto? ¿Como? ¿No me dijo que no mencionara nada? —yo tambien me sorprendería si alguien entrara a mi casa asi— me mira comprensiva.

—Es aterrador— digo forzando uba sonrisa. ¡Tonta! Casi me delato.

Mi abuela desvía la mirada, aprovecho y tomo los extremos de la camisa y lo bajo para cubrir mas mis muslos.

—Seguro estan discutiendo lo de reforzar la seguridad—

Asiento, Lian me ha dejado impresionada. Desde que llegue me escucho con atención y creyó en mis palabras, jamás se inmuto mientras le contaba todo y me miraba con tanta pasiencia. ¡Lo amo! Nuevamente pienso y me río bobamente.

—Le diré a tu esposo que mande por ropa y te traiga de comer— aunque yo no quiero comer, mi estomago piensa otra cosa.

—Sigue descansando por favor— se despide, mientras besa mi frente dejándome perpleja.

***

Estoy inquieta aún, el ver a mi abuela y no poder contarle nada. Me preocupan mis padres, Ágata, neffer, y Hannia incluso Mark...

— Te prometo que todos estarán bien, no tienes por que estar procupada— asegura como si supiera exactamente lo que estoy pensando.  —Envie algunos guardias a la ciudad y a vigilar la casa de nuestros allegados, mande por tus padres, estarán con Ágata—

— Gracias— le agradezco. El se acerca a mi.  Soy conciente del aspecto que tengo en este momento.

Su mano acuna mi mejilla, y hace que levante la mirada y me hundo poco a poco en sus hermosos ojos.
Sus mano libre rodea mi cintura pegandome a su cuerpo y de pronto su lengua invade mi boca.
No tengo voluntad cuando el esta cerca de mi, mi cuerpo arde al instante en que sus manos tocan mi cuerpo. Dejándome llevar por el ritmo que marca. No es un beso como los anteriores. Es mesurado, amable y lento. Sin embargo, provoca todo tipo de reacciones en mí. Mi estómago se siente raro, como si hubiera algo dentro; Si tuviera que definirlo, sería un beso romántico. Perfecto. Sin presiones ni límites de tiempo

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora