Sospechas Silenciosas

12 1 1
                                    

—Creo que aquí las cosas se están saliendo de control— murmuró Ágata mientras abría las cortinas de mi recámara.

Mis ojos estaban achicados por la cegadora luz que desprendía de la ventana.

—¿Y por qué no me lo dices en cristiano?— requerí.

— Por que, no quiero que lo tomes a mal, sin rabietas, ¿Eh?—

—Me estás asustando Ágata— trate de incorporarme rápidamente de la cama, pero el mareo hizo que me volviera a quedar sobre la cama.

—Creo que no está resultando del todo que tú y Lian se estén exponiendo así de esta manera. Cariño se que se aman, pero ya no me haré la tonta al saber que más de un vez han dormido juntos y eso me preocupa muchisimo,  cielo acaso ¿Se están protegiendo?—

Mire a Ágata con detenimiento, mientras captaba cada una de sus palabras, hasta que lo comprendi, ella se refería al sexo, ¿Y como demonios me hiba a cuidar? Si no era algo que Lian y yo planearamos como las salidas al parque, o las veces que me llevaba de paseó, el debía de tener alguna forma de cuidarse ¿O no?

Baje de la cama inmediatamente al darme cuenta de lo que habíamos descuidado tanto, pase por un lado de Ágata casi corriendo y abrí la pequeña puerta de mi baño, las palabras y las consecuencias habían echo peso en mi, por lo que sin pensar comenzé a vomitar.

—¿Que pasa todo está bien?— Neffertari tocó la puerta un par de veces con voz de preocupación.

—Creo que es momento de que Chelsy este sola—

—¿Esta embarazada?—

—No, salgamos de aquí por favor—

Escuché como la puerta se cerró, baje la tapa del inodoro y me deje caer mi cabeza sobre de ella.

¿Embarazada? ¿Podría yo estar embarazada?

Llegué a mi cama para volver a recostarme sobre ella, no tenía ánimos de bajar a desayunar, o de volver a retomar la plática de algo incierto y desconcertante.
Mis manos viajaron a mi camisón blanco para poderlo subir hasta la cintura y con un poco de miedo baje la mirada para poner sobre mi vientre mis manos y así poder acariciar mi barriga.

—¿Que haces?— la voz curiosa de Lian me sobresalto.

—¡Nada! Es que... Yo amanecí con malestar estomacal. No es nada—

—¿Quieres que te lleve con el médico?— su voz se torno de angustia.

Intenté contar los días atrás de la última vez que habíamos estado juntos, no había pasado mucho. No sabía cómo hacerle frente a esto aun así si no estaba embarazada, ¿Cómo le diría a Lian? ¿Lo tomaría bien o mal?  Sabía exactamente que es lo que yo quería, sabía que amaba localmente a Lian y que deseaba estar con el el resto de la eternidad, pero jamás había pensado en otra cosa que no fuera nosotros dos, y ahora algo desconocido estaba tal vez allí asechandome.

De modo lejano percibí como Lian me miraba preocupado, y a la vez estaba atento a otros sonidos, eran parloteos de Ágata y Neffer en la cocina.
El parecia darse cuenta de que solo estaba allí en presencia y no en esencia, no sabía si estaba hablándome o si me estaba dando mi espacio para pensar, ya que lo veía tranquilo.

—¿Quieres decirme que estás pensando, antes de que enloquezca más de lo que ya estoy?—

¿Que le hiba a decir?

Que era una estúpida, que tal vez estaba embarazada. Tenía que buscar algún otro pretexto o las palabras adecuadas

—Estas pálida, habla de una vez por favor— espero con la cara llena de preocupación.

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora