Separación

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Me despido de Lian, con una sonrisa fingida y tratando de parecer normal. No estoy feliz con esta situación pero me lo guardo. Gael maneja hasta la casa de Ágata. Donde dos vampiros me esperan, estan junto a Azael y parecen estar conversando de algo importante, por que cuando bajo del auto todos guardan silencio y se hacen los desatendidos. Odio que hagan eso. ¡Tontos!

—Esta todo claro Azael— dice el vampiro de ojos carmesí, el que se llama Bastian, esta junto a la mujer que llaman Lina.

Hago una mueca y los miro mal

—Ahora todo mundo estará sobre mi ¿Verdad? — les digo cuando se acercan a mi para caminar a mis lados.

—No eres una niña pequeña ¿O si?—el vampiro sonríe divertido.

—Te lo agradecería si le dices eso a Lian y a todo el submundo—
Mazcullo moviendo la cabeza.

La mujer me mira sorprendida, me he dado cuenta que es mala para ocultar sus emociones, el vampiro suelta una carcajada sonora.

En realidad no me molesta que cuiden de mi. Pero aveces me cuesta entender su sobreproteccion.

Como quiera estare con mis padres y Ágata por algún tiempo. Siendo sincera comenzaba a acostumbrarme a estar con los Domenech. Todo sea por Lian y que las cosas se arreglen de la mejor manera posible. Bastante tiene con todos los asuntos del consejo y los deberes que tiene como gobernante. En definitiva tengo que aprender a defenderme, pero en el mas estricto plan.

Solo asi dejare de ser una carga para todos principalmente para él.

Sin dejar de caminar levanto la mirada, el segundo piso de la casa de Ágata esta cubierta por las enredaderas que estan llenas de nieve y en el balcón está Mark parado.
¡Ay Dios! No se que hacer, le dedico una sonrisa tímida en forma de saludo, que no responde del todo.
Supongo que no quiere ni verme, espero las dos semanas pasen a prisa.

¡Estupido vampiro! ¿Por que quiso asesinarme a mi? No tengo nada especial, ya no veo el futuro, mi sangre es casi humana, ni siquiera mi cuerpo ya es lindo, he dejado de usar ropa que ya ni siquiera me queda.

Lian

—Has echo lo correcto Lian— Dice Yeira entrando a mi despacho. Le dedico una mirada irritada, pero ella la pasa de largo y se acomoda tranquila. Espero no siga con el tema de Chelsy, por que no estoy de humor.

La idea de alejarla ha sido de ella.

—Es mejor no involucrar a tu mujer en esto, por su seguridad—

—Esto es imposible— declaro con una mueca de disgusto.

Justo en estos momentos Chelsa es el centro de todo, y estando lejos de mi, siento que las cosas podrían complicarse más. Pero odio admitir que tiene razón ella no debe saberlo, al menos no por ahora.

—¿Por que? — pregunta inocentemente.

—Por que la amo, es mi mujer—

—Eso lo sabemos todos—

—¿Que tienes en mente? — inquiero escrutando su rostro. Yeira es bastante lista, y siempre tiene planes buenos. Es por eso que no la mando al demonio.

—Es por lo que venia, quería que me lo dijeras tu— la miro confundido. Daba por echo que tenía un plan— ¿Sabes algo que no has informado en el consejo? -

¡Azael! Tendré que hablar muy seriamente con él

Suspiro y mantengo mi rostro inescrutable, de nada sirve exponer mis teorías. Realmente ni yo se si Chelsy es hija de alguien más, alguien que puede ser común o un poderoso vampiro. Niego y despejo esas ideas de mi mente, no quisiera pensarlo.

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora