Celoso

21 1 0
                                    

Llegue a casa, directo a la cocina en busca de un trabajo del cual sentirme ocupada. Por desgracia, Ágata ya había lavado los platos de la cena. Me demore allí durante unos minutos, contemplado la sala sin saber si podía subir ya a mi habitación o esperaba cobardemente un poco más.

—¿Esta todos bien Chelsy? — preguntó Ágata con preocupación.

Imagine que me vio en modo zombie en la cocina.

—Si, subiré a ordenar mi cuarto—anuncie con desánimo mientras subía las escaleras.

—Te veo mañana— se despidió Ágata a mis espaldas.

Si sobrevivo pensé para mis adentros.

Cerré muy despacio la puerta de mi habitación, imaginando que Neffer dormía ya, me mantuve un segundo así antes de volver el rostro a mi habitación.

Lian estaba allí, por supuesto, oculto por la sobra de mi habitación. Con un rostro serio, y severo. Con una postura desconocida para mí.

Me acobarde, esperando que por fin hablara pero no despegó sus labios.

El se limitó a seguir observandome, posiblemente demasiado enfadado como para saludarme.

—Chelsa— saludo por fin.

Su rostro parecía de piedra, lo mire sin poder decir nada.

—Este... Salí a dar un paseo, no me tarde— comencé, el torció sus labios en una mueca pero no dijo nada.
—Fue algo rápido, y aquí estoy—camine apresuradamente a la ventana dándole la espalda.

—Chelsa— murmuró —Estuve tan poco de ir por ti. ¿Sabes lo que habría pasado? —

Proferi un grito ahogado, y el me miró con los ojos como platos.

—¿Serias capaz de pelear con
Mark?— replique con voz alta.

Me esforcé por controlar el volumen de mi voz para que Ágata y Neffertari no me oyeran, pero ardía en deseo de gritar.

—Quizás yo no sea el único que disfrute el enfrentamiento entre ambos—

— ¡Hay no Lian!, no comienzes. Mark sólo es mi amigo ¿Por qué no puedes entenderlo? —

-—Por qué no quiero que te haga daño—

—¿Daño?— lo mire con incredulidad.    —¡Basta ya! —  lo interrumpí — No tienes por qué ser así con Mark—

—Chelsy sabes bien que el no te ve exactamente como su amiga, el no es lo que parece— apretó la mandíbula, al momento que los puños crispados colgaban a cada lado.

Permaneció recostado sobre mi cama.

Odie el espacio que nos separaba así que cruce la habitación. No hizo nada cuando lo rodeé con mis brazos.

—No quiero estar así, siento mucho lo que estas pasando. Pero Mark no cambiará nada entre nosotros— me disculpe.

—Lo que estoy pasando es quedarse corto-—murmuró — Estoy enloqueciendo Chelsa—

Lo mire con tristeza

—Imaginate por un segundo. ¿Que harías tu si los papeles cambiaran? — me miró fijamente.

—Ja— dije sarcásticamente — Yeira no es precisamente tu amiga— muemure con seriedad.

—¿Yeira?— preguntó con sorpresa.

—Lian me di cuenta desde aquel día del consejo, como te miraba, como se dirijio a ti. Y se de muy buena fuente que ella no precisamente te ve con ojos de amiga o como parte del consejo—

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora