El Aviso

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Lian Domenech

Este era el momento de la noche en que mas deseaba dormir y ser capaz de descanzar.

La cena ¿o sería más apropiado emplear la palabra <<purgatorio>>? Si existía algún modo de purgar mis pecados, esto tenía que contar de alguna manera. Tres palabras me tenían loco, Chelsa, Mark y Amigos. ¡Por dios! ¿En que demonios estaba pensando Shelina al proponer semejante condición?

Di un puñetazo a la pared para después quedarme mirando fijamente la grieta que había echo a la pared de mi habitación, Chelsa no entendía ni la mínima parte de lo que sentía y no no eran celos simplemente era una manera apropiada de proteger lo que era mio, sabia que ellos habían estado comprometidos desde pequeños, y que el sentía aún algo por ella, y no le bastaría más que confundir el aprecio que Chelsy le mostraba.

Gire una vez más sobre la cama, tratando de poder dormir y no seguir pensando cosas que tal vez les estaba prestando mucha atención.

—Lian—

la pronunciación de mi nombre desapareció todo intento de dormir me gire para saber quien me llamaba.

—¿Hannia? — La mire con confusión —¿Que pasa? Azael esta en su recamara o tal vez en el cuarto donde esta la sala de películas— murmure.

—No lo busco a el, quería hablar contigo— musito mientras cerraba la puerta.

—¿Si? —

—Hay dos asuntos de los cual quiero hablarte, pero primero tomare el personal ahora que tengo tu
atención— murmuró en una voz tan baja que tube casi que leer sus labios.

—¿Esta todo bien Hannia?—me incorpore para sentarme al borde de la cama.

—Si, solo quiero saber si... ¿El señor Raymond permitirá mi transformación? —

La mire atónito, sabía bien que desde que trabajo para Azael como alimentadora personal sus intenciones eran esas pero no sabía por qué el capricho de pertenecer a un mundo lleno de reglas absurdas y maldad.

—¿Azael ya accedió? — pregunte

—No, pero Ean si— contestó apenada.

—Hannia...

—Lo sé joven Lian. Pero es mi deseo y prometo seguir siendo leal a su familia— sus ojos se cristalizaron en gruesas lágrimas — No tengo más familia que ustedes, Lucía esta próxima a partir esta muy enferma y los doctores no pueden hacer ya nada más por ella, me quedare sola. Se que Azael se rehúsa a que pase eso pero no seré un estorbo en su vida— las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, me acerque para limpiar su rostro.

—No se si mi abuelo esté o no deacuerdo pero tienes mi palabra y así será-—le prometí.

Sabía que tendría una enorme discusión con Azael pero no me dejaba otra opción, el la había tomado más que como alimentadora, era su protegida y esto exponía nuestra existencia al mundo humano así que me limitaría solo a darle las herramientas para que se cuidara sola  sin exponer a la familia y conseder su deseo.

—Bueno, lo segundo que tengo que decirte es bastante de tu interés. Hoy por la mañana llege con la esperanza de ver a Azael pero ya se había marchado, tiene cuatro días que no me llama para alimentarse y me preocupe. Después de salir de su habitacion me percate cuando tu madre y tu abuelo entraron al despacho de tu padre Lian yo no...

Hannia callo un momento, y me miro con ojos de disculpa, la mire y asentí con la cabeza para que continuará hablando

—Tu abuelo recibió una llamada, Angela y Bastian vienen para Brown a tratar un asunto con tu abuelo, no escuché bien de que pero siento que lo más seguro es que saques a Chelsa por unos días de la ciudad, no creo que sea conveniente que se vuelva a topar con ellos. No por ahora— sugirió mientras se ponía de pie nuevamente.

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora