la conspiración

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El vestido blanco caía hasta mis tobillos, me sentía tan hermosa que levantaba el eggo que habían construido en mi desde pequeña.

—Estas hermosa—

Sonreí ante el gran halago que esté había echo hacia mi persona, estaba completamente rodeada de lo que siempre soñé.

—¡Benjamin!—

—¿Benjamin? ¿Así es como llamas a tu esposo?— su rostro era confusión pura y eso me encantaba de el era tan egocéntrico como yo.

—Amor, entonces. ¿Que celebramos hoy?— camine apresurada tras de el quien no respondió palabra alguna.

Seguimos ocultos del Submundo ambos optamos por cambiar de aspecto, después de todo y todos Benjamin me eligio a mi. Damos vuelta en el pasillo de la enorme casa en la que estamos que da justo al vestíbulo.

—Señores— Damián nos sonríe a Ambos  e inclina la cabeza en forma de reverencia.

Al centro del vestíbulo una enorme mesa cuadrada ya está puesta con finas piezas de una vajilla de plata listas para la cena ¿La celebración? A un no se que es todo esté embrollo que se trae benjamín.

Benjamin toma su lugar en la cabeza de la mesa y a su lado derecho me siento yo, después Damián toma haciendo frente a Benjamin al otro extremo de la mesa, solo falta ella que como siempre me exaspera su falta de puntualidad.

—Creo que ya se espero lo suficiente, la cena se enfriara y no estoy dispuesta a soportar más tiempo sin saber de qué se trata. Odio las sopresas— le susurro en voz baja.

—Calma mi reina— una sonrisa se extiende desde la comisura de sus labios.

—Buenas noches Caballeros— la voz grave y firme se escucha por el vestíbulo mientras avanza hacia nosotros con un fino vestido lleno de brillos parecidos a los  diamantes. Para después colocarse frente al asiento frente a mi —Señora— me sonríe de modo sarcástico.

—Que gusto verte— le suelto de forma grosera.

Se que no soporta la idea de verme a un lado de Benjamin, pero la trato de tolerar lo más que pueda ya que mi esposo le tiene un enorme afecto desde hace varios siglos.

—¿Pensaban comer sin mi?— Elina entra por la puerta con unos jeans deslavados y rasgados junto con una enorme chaqueta color vino, empapada de agua.

—¿En donde rayos estabas metida Elina?— Damián hace una mueca de disgusto.

—Tenia algo de trabajo, deja de quejarte. Quieres— está lo ignora y se pasa de largo hasta situarse en la mesa.

—Elina ¿Sigues obsesionada con el Domenech?— le pregunto cortante.

—Si y No— sonríe — Sigue igual de guapo o incluso un poco más, que un par de décadas atrás, no lo niego. Pero ya no es mi estilo, ahora le gustan cosas insignificantes como esa mujer, ambos sabemos que no es de raza pura del Submundo su padre es un vil humano—

—Ya por favor. No vamos a comenzar hablar cosas del pasado— Benjamin nos habla con suavidad pero con ese tono suyo que logramos comprender que es el fin del tema.

—¿Por qué nos citaste aquí?— pregunta Elina curiosa.

El gira para darle una mirada a ella, quién rápidamente se apresura a hablar.

—Como ya sabemos, el último enfrentamiento con los Domenech no nos dieron resultado, ahora el consejo los tiene más protegidos que nunca. Ahora que Raymond está a punto de salir de la jugada el chico tomara su lugar, y eso es algo que no nos conviene a ninguno de los oponentes del conejo como los somos nosotros, el señor nos ah dado grandes expectativas para un submundo más igualitario donde toda criatura no pura salga excluido de él y dónde se nos gobierne con un máximo líder como lo es Benjamin, ¿Y como podemos hacer eso? Eliminando a Domenech. No es fácil ya que ah ganado más personas en el submundo por proteger a la vidente, como lo es Sefora la hada, quién los ah ayudado en varias ocasiones y Lucius quien también les creeo una lealtad inquebrantable o Madoux el guía de Lian quien también es un brujo de mucho poder, y eso nos lleva mucha desventaja. Es por eso que desapareci por este tiempo, el señor es magnífico en sus planes por lo que nos adelantamos, y busque dos cosas de las cuales con orgullo y lealtad a mi señor, encontre ambos collares y una pieza muy importante para vencer—

Todos en la mesa la miraban con sorpresa, menos yo quien me sentía intigada hasta donde quería llegar o por qué aún mostraba esa lealtad hacia mi marido después que juraba que la eligiría a ella.

—¿Que de magnífico tienen ambos collares, si no pudimos utilizarlos la primera vez?—

—Damian me sorprende que no lo sepas, después de años buscándolos para mi—

—Esos collares hiciero la union entré Lian y la vidente por lo que si se destruyen esa unión también se destruiría— hable antes de llevar la copa con sangre a mis labios.

—Exacto mi amor, si deshacemos esa unión la familias más poderosas como lo son Domenech y Poliakov se verán frágiles y el consejo también y entonces podré tomar el poder—

—¿Y cuál es la otra pieza clave Hermano?— Elina pregunto con aburrimiento, esa parte de ella que tanto la caracterizaba.

—Draco— Exclamo Benjamin, mirando hacia el frente y la mayoría giramos hacia la entrada del vestíbulo.

La figura que estaba alli media sin dudar al rededor de 1.90 de altura, su cuerpo fornido, con una masa muscular imprecionante, su cabello era largo y los rasgos de su cara eran casi salvajes, pero hermosos... Me quedé sin palabras.

—Bienvenido mi viejo amigo, estamos ansiosos de saber tu plan para exterminar al joven domenech—

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora