Fuego Y Hielo

La Gran Noticia

LIAN DOMENECH

Observo a Hannia irse con una mirada lo bastante fulminante para ambos, pero tengo que hablar con Yeira.

—¿Y bien a qué debo el placer de tu vista?—se acomoda en uno de los muebles lujosos que tiene en el jardín y cruza la pierna revelando más de la cuenta. —¿Que es lo que quieres saber?—

—Vengo hablar de Elina— el rostro de Yeira se encrispa y levanta una ceja, detonando la desepcion

—¿Elina?—
pregunta con molestia y sarcasmo, acomodándose en una posición menos relajada.

—Son hermanas ¿No?— su mueca se hace evidente, y se encoje de hombros

—¿Quisiste decir media hermana, verdad? Así es, pero somos diferentes, jamás convivimos como tal—

—¿Pero conocías a Demian, no?—

—Lo trate muy poco hace muchos siglos, ¿A qué viene el interrogatorio, y su mención?—

—El era uno de los que atacaron la ciudad—

—¿Que no murió en los primeros combates?—

—Ya vimos que no, pero gracias a... La guardia ya está fuera del mapa. ¿Quisiera saber cómo es que fue tan unido a Elina, ¿Y cuando termino esa unión?—

—Humm, no se muy bien, en realidad solo sabía que ella estaba loca por el, pues la salvo en una ocasión de salvajes, después el fue como una especie de guardia para ella, la seguí a todos lados, cuidaba cada movimiento, como perro fiel—

—¿Entonces por qué terminaron separados?—

—Eso si jamás lo pude entender, ella no hablaba del tema es cerrada, ¿Que ocurre? Y no me refiero a todo lo que dijeron en el consejo, quiero saber la verdad?—

—No lo sé, es lo que trato de averiguar pero estamos seguros que quien está detrás de todo es el mismo Benjamin—

—Eso es muy claro—

—¿Cómo lo sabés?—

—Tengo años en el consejo, querido, tengo oídos y ojos por cada rincón de cada ciudad del submundo—

—¿Eso debe preocuparme?—

—No, que yo sepa, estamos del mismo bando ¿No?—

—Claro, lo estamos—

—Sabes, siento que alguien nos está traicionando en el consejo, debes de tener aliados, personas que te presten sus ojos y oídos—

—Cierto—oído aceptar sus consejos pero tiene razón

—Ella es especial, es diferente y viene de su sangre, ambas mezclas de la madre y de él—

Me quedo atónito ¿Cómo está tan segura? Aunque no lo demuestro, no quiero que nadie más se interese en saber, que es lo especial en mi mujer.

—¿De que hablas?—

Su sonrisa irónica aparece en su rostro

—De tu mujer, por supuesto—

—Se que tú mujer es híbrida, se que su padre es Benjamín, y no tienes nada de que asombrarte, llevo años investigando la familia de Stefanya—

Ignoro lo que me acaba de decir, ni le doy importancia

—Yo se por que él la quiere viva—

—¿Dímelo?—

Ella vuelve a sonreír, y se acerca con cautela hasta quedar de frente a mi a una corta distancia