Sorpresa

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Aún era de noche cuando desperté. Estaba desorientada, pero sabía que era de madrugada. Volví a cerrar los ojos para tratar de dormir un poco más. Pero algo más hizo que volviera a abrir los ojos, buscando con desesperación al rededor de mi habitación en penumbra la noche era demasiado densa.

—Traqulia, está todo bien— murmuró tan bajito que apenas pude reconocer su voz.

Era Lian, su voz era tan calmada y tranquila que me asusto, esperaba un ataque de furia de su parte y de la mia claro, pero no fue así estuvo tan tranquilo.

Me sentí tan contenta de escucharlo  de que estuviera en casa nuevamente, me daba igual si estaba enfadada por haber echo que Azael me raptara en contra de mi voluntad. Con prisa extendi los brazos hacia adelante, halle sus manos y me acerque ansiosa a él, quién rápido me aceptó en su regazo tomándome de la cintura y acunandome sobre su pecho para después buscar mis labios con desesperación.

—Eres una mujer muy caprichosa Chelsa Lazer—

—¡Hey! ¿Quién dice eso?— proteste mientras lo besaba de nuevo.

—Yo, te empeñas en hacerme
enfadar— susurro mientras sus labios rozaban los míos y hundía sus dedos en mi cabello.

Mi respiración comenzó a hacerse irregular

—Entonces, en verdad trataré de hacerte enfadar—sonreí.

—Si, pero mañana, ahorita tengo otros planes—  susurró Lian en mi oído dejando una sensación de escalofrío en mi piel

Lian

Controlate me ordene a mi mismo

No pude dejar de admirar su belleza, sus labios carnosos hacían que estallara el deseo en mi, ella me sonríe con un toque de picardía. Es tan hermosa y jodidamente sexy, que estoy seguro que en mis  tantas décadas jamás había visto a alguien igual

No sé si ella ha adivinado mis pensamientos, pero tan pronto que se vuelve a acercar a mi apresura sus dedos a quitar mi corbata con desesperación, para después morder su labio y observarme con curiosidad.

—¿Podemos?— pregunta con cautela

Se que desde la primera y última vez que estuvimos juntos no la he vuelto a tocarla pero el miedo de volverla a perder como aquella vez, me ha echo desistir de hacerlo, pero hoy el deseo puede más que la razón.

Asiento una vez y su sonrisa se ensancha, como una niña a la que se le premia.

Ella se incorpora rápidamente y me inclina a la cama, caigo ligeramente sentado frente a ella. Mis ojos viajan a su cuerpo, tiene un blusón que deja al descubierto sus blancas piernas, y puedo observar lo cremosa que se nota su piel.

Rápidamente comienza a quitarme la corbata para después desabotonar con torpeza mi camisa blanca, mis labios arden de las ganas de besarla pero ambos estamos desesperados, se inclina frente a mi dejando al descubierto el escote de su pecho y puedo admirar la fina línea que se dibuja sobre sus pechos, y reprimo las ganas de avalanzarme a ella como un animal.

No se exactamente que he echo de bueno en mi vida para merecer a esta hermosa mujer, en mi vida pasada o en la nueva, si es que ha esto le puedo llamar vida. Pero por ahora no lo medito más, mi cuerpo comienza a reaccionar y a ponerse en un estado más duro de lo normal, y eso que solo me ha quitado un poco de ropa y los besos no han subido de tono como para que mi cuerpo reaccione asi. La lentitud de sus manos y la sensualidad que destila por cada poro me está volviendo loco, ella me obsesiona observó cada detalle de ella, de su piel de cada curva de su cuerpo, no puedo dejar de admirar.

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora