Limando Azperesas

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Estoy sentada a un lado de mi abuela y mi madre observado a Raymond dar un discurso sobre el submundo, a mi costado izquierdo esta Ágata y Mark quien no a cruzado ni una mirada conmigo, de lo cual me siento sumamente mal.
Al extremo contrario está Ailey junto a Ean y al extremo contrario Azael me guiña un ojo, ambos sonreímos.

Veo a Yeira junto a su guardia dedicarme varias miradas con desdén, para después ambas mirar hacia el motivo de la reunión de consejo. Lian, quien está más hermoso que nunca, con ese atuendo negro formal, quien ahora lleva el mando de todo el submundo.

Ahora  el lleva el gobierno

Nuestro pequeño fin de semana se vio  en la obligación de terminar cuando Lian recibió la noticia, pero gestionando antes la noticia de nuestro matrimonio ante el Consejo, todos enloquecieron como era de esperarse, Ailey, mí abuela y Raymond son los que aún no asimilan tan bien la noticia.

—señora—

La voz de Violeta, la chica que ahora se encarga de mi casa me saca de mis ensoñación.

—¿Si violeta? —

—¿cenaran esta noche? —

—Si por favor— le sonrió mientras ella tímidamente me devuelve la sonrisa y se marcha.

Lian a adquirido una casa a los límites de Rodhe Island justo sobre un acantilado a la orilla de la playa, la casa es rústica, con toques contemporáneos que yo elegí.

Tomó otro pincel y trazo la línea de un árbol sobre el lienzo que estoy pintando, he tenido clases de pintura mientras Lian trabaja, sus deberes han aumentado con su nuevo cargo, por lo que estoy más tiempo sola, algunas veces visitó a Ágata y a Neffertari,hago las compras y me sobra mucho tiempo sola, hasta en las noches que llega mi esposo, aun me cuesta trabajo llamarlo así, es tan perfecto.
Dejó el pincel sobre la mesita de centro y camino apresurada a la cocina, incitada por el olor que desprende lo que violeta está cocinando.

—¿Que es lo que cocinas Violeta?—

—Lasaña señora — anuncia con una sonrisa

— Solo Chelsy por favor— le recuerdo

A diferencia de Lian me incomoda tener vampiros a mi servicio, por lo que trato de hablar o ayudar con violeta como una amiga.

Abro la nevera en busca de algo que comer, el hambre me mata, apenas un par de horas que devore unos chocolates y ahora necesito algo más.

—¿Donde esta el helado?—

— Señora...

Miró a violeta con reproche y está rápidamente cambia

—Chelsy, es lo que te hiba a decir no hay más comida en la nevera, se necesita hacer las compras, puedes darme la lista—

—No te preocupes Violeta iré yo—

hago una mueca recordando, hace cinco días hice el super, Lian me acompaña a comer algunas veces pero no es que lo necesite ¿yo he comido todo? ¿En cinco días? Meneo la cabeza y salgo, tengo que arreglar unas cosas en nuestra recamara, ordenó a violeta que me deje algunos quehaceres para ayudar en mi casa.

—¿Que buscas? — Lian pregunta desconcertado desde la puerta.

Asomo mi cara sobre la cama y lo veo tan perfecto como siempre.

—¡Llegaste! — canturreo con júbilo y corro hacia él, quien ya tiene sus brazos abiertos para recibirme.

—¿Me extrañaste?—

—Demasiado, bajemos a cenar— lo tomó de la mano y lo guió hacia nuestra cocina.

Violeta a dejado todo preparado para esta noche, las copas, el vino la mesa puesta, saco de inmediato la lasaña aun caliente del horno y parto dos pedazos, me encargo de escoger la de mayor tamaño para mi.

Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora