XII.

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El Sr. y la Sra. Huang estaban preocupadísimos por la desaparición de Renjun. Ambos no tenían idea sobre porqué o a dónde se fue su querido hijo.

Y en el mismo momento, pero en un oscuro lugar, un par de chicos reía íntimamente, manteniendo sutiles toques y profundas miradas. Uno de ellos, Jaemin, tenía el cabello de un llamativo azul; mientras que el otro castañito era... bueno, el desaparecido Renjun.

Oh, Renjun, ¿En dónde te has metido?

El policía Rocco se acercó confundido frente a los barrotes de los seis jóvenes monstruos. ¿Cómo era posible que se conocieran entre sí, si fueron encontrados en lugares distintos?

Puede ser que fueran estudiantes de la misma escuela, pero la manera en la que se hablaban y cómo se sonreían le parecía sospechoso.

Frunció el ceño, y luego de reflexionar un poco, llamó a un policía y susurró algo en su oído que los demás monstruos no fueron capaces de oír. Luego de que hablara, el otro asintió y se acercó a cada una de las cerraduras para abrirlas.

Los chicos se miraron emocionados ¡Por fin los iban a soltar! Pero el policía, sin cambiar su expresión indiferente, formuló un "Ustedes cuatro, cámbiense a la celda de estos dos" mientras señalaba a Hyunjin y Jisung, los primeros en ser detenidos.

Los jóvenes, decepcionados, obedecieron con pesadez. Hyunjin, por su parte, esperaba el momento en el que Seungmin entrara para ir y disculparse. Pero apenas el zombie ingresó, se fue hacia la esquina más lejana y ni siquiera le dirigió la mirada.

El chico momia, sin querer rendirse, se levantó para ir directo hacia él. Sin embargo, apenas caminó tres pasos cuando la pulsera en su muñeca soltó un fuerte pitido; y como si de un imán se tratara, lo arrastró con una fuerza sobrehumana hacia Jisung, que lo miró con el ceño fruncido.

— ¿Qué?, ¿Acaso se te olvidó que estamos castigados? — rió burlescamente. Hyunjin quiso golpearlo.

— Cállate. — contestó mientras volvía a sentarse con pesadez.

Desafortunadamente y debido a la frustración, Hyunjin no se percató de la mirada divertida que Seungmin le dirigía a la distancia.

Rocco volvió a asegurar la cerradura una vez que todos habían entrado y se acercó al policía más cercano.
— Clops — llamó al cíclope y le entregó la llave — Encárgate de ellos, yo voy a casa.

El uniformado asintió y Rocco salió de la comisaría con destino a su auto. Apenas ingresó, lo hizo partir para dirigirse al hogar que compartía con Toralei. El camino fue tranquilo, ansiaba ver a su novia.

Entonces una vez que llegó a su destino, estacionó el auto y entró a casa, se imagino ver cualquier otra cosa menos a Toralei congelada y dos jóvenes monstruos fisgoneando en su hogar.

— ¿Quiénes son ustedes y qué diablos hacen acá? — habló fuertemente, haciendo que el par se sobresaltara y lo mirara con espanto.

— Oh, mierda. — murmuró uno de ojos violetas, tez azulada y cabello azabache con reflejos blancos, morados y azules.

— ¡Señor, le juro que no es lo que parece! — el otro se acercó negando con las manos. Tenía la piel verde claro y puntos quirúrgicos en sus extremidades. Rocco recordó a una amable chica con esas mismas características cuando estaba en sus años de patinaje.

— No me interesa. — habló sacando un par de esposas y poniendo una de ellas en las muñecas del verdoso monstruo. Se acercó rápidamente donde el otro y se las puso de igual manera.

ARE U IN LOVE WITH A MONSTER? | Stray Kids. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora