XIV.

814 113 37
                                    

— Maldición, quiero ir al baño.

— No podemos, Jisung, aguántate.

— Pero Bin, de verdad no puedo. En cualquier momento soltaré todo.

— ¿No que eres del agua? Puedes teletransportar tu orina hacia el mar o algo así, ¿No?

— Hyunjin, eres un ridículo. Así no es como funciona.

El atacado levantó una ceja por lo último y estaba listo para contestar cuando Minho interrumpió.

— Maldita sea, cállense, intento escuchar.

Hyunjin y Jisung cerraron la boca, y junto con los demás, agudizaron su oído intentando oír algo.

— ¡¿Qué está pasando aquí?!, ¡¿Qué le han hecho a mi querido hijo?!

Se escuchó una fuerte voz femenina, proveniente de la entrada de la comisaría. Los jóvenes tras las rejas se miraron entre sí con confusión.

— Disculpe, pero no puede estar acá sin autorización. — habló nerviosamente alguien más. Un policía, seguro.

— No me interesa, ¡Todos aquí son unos ineptos!

— Majestad, tranquila. —  respondieron de nuevo, intentando calmar a la mujer.

— ¿Majestad? — susurró Hyunjin confuso. Y luego de pensarlo un poco, comprendió de quién se trataba.

Sin duda alguna, esa hipnótica y arisca voz pertenecía a la menor de las dos princesas egipcias más poderosas. Aquella que luego de terminar sus estudios en Monster High se convirtió en un ícono popular de belleza.

Cleo de Nile.

— Oh, no. — dijo con espanto.

— ¿Qué pasa? — preguntó Jisung a su lado, percatándose del cambio de actitud del monstruo junto a él.

— Es mi madre. — musitó mirándolo con terror.

Frente a las celdas apareció Cleo con el ceño fruncido y apretando los puños con fuerza mientras buscaba con la vista a su querido hijo. Junto a ella estaba Deuce, rodeando sus hombros con uno de sus brazos, intentando tranquilizarla.

— Cariño, calma.

— ¡No me calmaré hasta que estos incompetentes digan qué hicieron con nuestro hijito!

Hyunjin supo que si no intervenía, su madre sería capaz de hacer algo horrible, así que se acercó a los barrotes suspirando con desgano.

— Eh, madre, aquí estoy. — habló lo suficientemente alto para que la mujer lo encontrara. Y miró a los policías con odio antes de acercarse con rapidez.

— Oh, por Ra, te tienen ahí encerrado como un plebeyo. — se lamentó, tomando entre sus manos las de Hyunjin — ¡¿Acaso no saben quién es él?! — exclamó indignada, dirigiéndose hacia los uniformados, que bajaron la mirada con temor.

— No, en realidad fui yo quien...

— ¡Los demandaré a cada uno de ustedes y haré que sus carreras queden arruinadas hasta la eternidad!

— Madre, de verdad...

— ¡Quedarán encerrados en esta asquerosa celda hasta que me pidan de rodillas salir!

— ¡Mamá! —exclamó Hyunjin llamando la atención de Cleo — Todo esto fue mi culpa, yo estaba haciendo un escándalo.

— ¿Qué?, ¿Es verdad eso?

ARE U IN LOVE WITH A MONSTER? | Stray Kids. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora