ARE U IN LOVE WITH A MONSTER? | Stray Kids.

V.

Jeno disfrutaba las caminatas nocturnas frente a la playa mientras oía el sonido de las olas a la distancia. Era un gran fan de Edgar Allan Poe y solía admirar los atardeceres desde su habitación junto a una buena taza de café.

Él pasaba la mayoría de su tiempo escribiendo, y le gustaría sacar un libro. Aunque sabía que nunca podría hacerlo, ya que el temor al fracaso se lo impedía.
Porque él le temía a las personas, al mundo y al futuro.

Pero sobre todo eso, Jeno temía de sí mismo.

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Jaemin amaba pasar tiempo con sus amigos, escuchar música a todo volumen y bailar hasta desgastarse. Tenía muchísima energía y le encantaban las aventuras.

Deseaba salir de su hogar y explorar el mundo. Y claro que lo haría, porque Jaemin no le temía a lo nuevo.

Él no era un cobarde, él era un luchador. Y sin importar lo que pase, se defenderá como sea.

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— Seungmin, ¿Estás seguro de que están ahí? — preguntó el chico momia con incredulidad.

— No lo sé, Hyunjin. Pero mi laptop nunca ha fallado, es imposible que la ubicación sea errónea.

Chan observaba todo en silencio desde el pupitre del profesor. Y levantándose, decretó:
— Pues averiguémoslo.

Todos se miraron entre sí, y el rápido vistazo que Changbin le dio a Felix, hizo que el pobre chico comenzara a elevarse de los nervios. Minho le ahorró un vergonzoso momento bajándolo de un brazo y congelándole los pies.

— Vaya raros. — murmuró Donghyuck, pero al ver la linda sonrisa que su novio le dirigía, tragó en seco y apartó la mirada.

— ¿Quién es el raro ahora, eh? — le susurró Jeongin a su lado, mostrándole sus filosos colmillos al sonreír. El humano frunció el ceño y volteó la cabeza.

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Gracias a la mente estratégica de Mark y Seungmin, lograron crear un plan lo suficientemente bueno para que funcionara.

Hyunjin y Jisung -quienes apenas llevaban un tormentoso día con ese brazalete- esperarían a que Toralei saliera de su hogar y la seguirían a donde sea que fuera.

A su vez, Changbin y Felix instalarían cámaras en los alrededores de la casa, y los humanos se encargarían de monitorear por medio de éstas. Ellos llevarían el plan a cabo dentro de New Salem, ya que no podían caminar en terreno monstruoso sin que alguien los reconociera e informara a la escuela.

Cuando los normales encuentren algo que ayude, mandarían la evidencia a Seungmin y Jeongin, quienes la llevarían a la comisaría. Van a hablar sobre el tema con el policía que esté a cargo e irían a la casa de Toralei a liberar a los chicos.

Si por algún motivo el policía no quería escucharlos o se negaba a ayudar, el plan B se llevaría a cabo. Consistía en que Minho y Chan -ya que sus poderes son los más útiles- entrarían a sacar a los chicos de ahí. Si los llegaban a atrapar, culparían a Toralei. De todas formas, ella los metió en esto.

El plan estaba listo. Y la felina quiera o no, sacarían a sus amigos de ahí.

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Desde la mirada de todos, Renjun era un chico callado e inocente. Solía cantar para los actos de la escuela y luego de eso, no escuchabas mucho su voz.

Su lindo rostro siempre portaba una expresión tranquila, y cada vez que lo mirabas, él estudiaba con una sutil sonrisa.

Si le preguntabas la razón, respondía con un suave "porque quiero ser un gran médico algún día".

Él tenía uno de los mejores promedios de la escuela, ¿Y cómo no? Con lo ordenado y pulcro que era el chico no podías imaginarlo siendo un rebelde.

Debido a su gran rendimiento, él estudiará medicina, ya que ama esa carrera. Y cuando tenga su título en mano, decidirá buscar el amor y casarse con una linda chica que lo ame tanto como él a ella.

"Es todo un caballerito" decía su abuela cuando la iban a visitar a China.

Pero los caballeros, por más inofensivos que luzcan, saben bien cómo utilizar una espada. Y Renjun estaba listo para mostrar cómo asesinaba a alguien con ella.

Ya que él sólo esperaba el mejor momento para poder desenmascarar esa maldita farsa de una vez y gritarle al mundo que el pequeño e inocente chico sin voz no existía.

Porque el verdadero Renjun hacía trampa en los exámenes, se saltaba las clases extra de geometría para ir a ver a los musculosos chicos de boxeo, decía muchas groserías, y sobre todas las cosas: Su sueño no era estudiar medicina. Él quería ser artista.

Así que luego de saber esto, puedo afirmarte que las apariencias engañan.

Y Renjun era el maestro del engaño.

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Les agradezco mucho que se hayan tomado el tiempo de leer esta historia, de comentar y de votar, ya que eso me ayuda muchísimo.

Espero que les esté gustando leerla tanto como yo disfruto escribirla.

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