Jeongin.

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El universo era algo que mantenía fuerte la amistad entre Jeongin y Seungmin.

Solían leer libros de astronomía en la biblioteca de Monster High cuando tenían tiempo libre, y cuando algún acontecimiento astronómico sucedía, iban a la cabañita en el bosque que Draculaura y Clawd decidieron darle a Jeongin por su cumpleaños.

Seungmin adoraba a los planetas y lunas con un amor intenso. La belleza de aquellos cuerpos enormes -y no tan enormes- lo cautivaba.

A Jeongin, en cambio, le gustaba observar lo que la gente usualmente no observa, lo que no es bello a la vista y se torna complicado adorar. Los agujeros negros no se veían, pero su poder era inconmensurable; los meteoritos no eran muy lindos, pero eran capaces de destruir.

En ese mismo instante, el par se encontraba en la cabaña sirviendo la cena, para luego poder ver una lluvia de estrellas que acontecería.

Una vez listos, salieron con prisa para observar el espectáculo espacial. Y lo que vieron los dejó sin palabras.

Las estrellas caían con la delicadeza de una bailarina en pleno acto, que se mueve con una velocidad y precisión que parece imposible. Lucían increíblemente poderosas, con ese inaudito brillo característico que poseían. Sin duda era uno de los acontecimientos más bonitos que habían observado.

— ¡Rápido, pide un deseo! — exclamó Seungmin.

Jeongin lo vio cerrar los ojos con fuerza y juntar sus manos frente a su rostro. Maldijo el no haber pensado en su deseo antes y luego volvió a mirar el cielo.

Entonces algo se le ocurrió.

A pesar de no poder amar, Jeongin siempre creció rodeado de amor. La gente era comprensiva con su situación y lo trataban increíble fuera a donde fuera.

Ya sea en las calles, en su hogar o en Monster High, él siempre fue amado.

No obstante, alguien llegó a su mente, alguien que vivía lo contrario a él pero que merecía muchísimo más, y que el amor que recibía de parte de los demás era muy pequeño comparado con el que entregaba.

Chan.

— ¡Vamos! ¡Pide algo!

Recordándolo así, tan solo, tan incomprendido, deseó amar con todas sus fuerzas, para que ese aprecio que sentía por él se convirtiera en amor puro.

Y todos saben que desearle algo noble a una estrella fugaz se vuelve realidad.

...

Tres días pasaron desde la lluvia de estrellas, donde luego de ese suceso de ensueño la realidad lo golpeó. Una realidad donde estaba lleno de exámenes y no tenía tiempo para cuestionar el deseo que hizo frente a la desesperación o ver si se había cumplido, debido a que su mente no daba para algo más que no fueran los estudios.

Esos estudios los hacía con Chan, ya que el monstruo, tan amable como siempre, le había ofrecido su ayuda y Jeongin -claramente- no se negó.

Al inicio todo iba de maravilla, su amigo era realmente bueno explicándole y cada vez entendía más, pero ese día estaba un poco distraído, se sentía de una forma inusual con él. Habló con Seungmin de eso durante el receso y él lo miró de una manera sospechosa, pero simplemente contestó que seguro era porque los exámenes estaban cerca, tal vez estaba un poco nervioso porque no dominaba los contenidos del todo.

Jeongin en el fondo sabía que esa no era la razón principal, pero igualmente decidió creerle.

Los días pasaron junto con los primeros exámenes, no obstante, seguía sintiendo eso que se suponía que eran nervios. Y así se percató de que sólo aparecían al estar con Chan.

ARE U IN LOVE WITH A MONSTER? | Stray Kids. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora