X.

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Jeno abrió lentamente sus ojos y observó a su alrededor con confusión. Ese lugar no era su habitación, ni tampoco un lugar conocido. Estaba todo oscuro, y por alguna razón, no había absolutamente nada, salvo el pequeño cuerpo de un chico frente a él.

Frunció el ceño, e incorporándose para sentarse en el frío suelo, se acercó gateando al contrario con la intención de observarlo.

Sin duda el chico era precioso, sin embargo, lucía absolutamente ordinario; Jeno no lograba ver ni un atisbo que le afirmara que era un monstruo. Acercó lentamente su mano al rostro del joven y acarició su mejilla con suavidad.

Inconscientemente se fijó en sus labios unos minutos, y cuando volvió a elevar su mirada, se percató asustado de que el chico ya tenía los ojos abiertos y el ceño fruncido, analizándolo profundamente de la misma forma que Jeno lo había hecho con él.

Jeno sintió un escalofrío pasar por su espalda. Dejó de acariciar su mejilla y se arrastró lejos de él hasta chocar su espalda con una pared.

— ¿Q-quién eres? — preguntó el humano morfocambiante intentando que su voz no quebrara. Falló.

El chico seguía manteniendo esa expresión en su rostro y se sentó lentamente en el frío suelo. Parpadeó un par de veces y contestó con la voz más suave que Jeno ha escuchado en su vida.

— Renjun.

Jeno asintió, sin saber si preguntarle acerca de dónde se encontraba o de porqué ese chico estaba misteriosamente junto a él durmiendo en el suelo. Decidió hacer ambas.

— ¿Qué hago aquí?, ¿Y por qué estás conmigo?

El chico, Renjun, ahogó un bostezo y lo miró con desinterés.

— Tú eres Jeno. — murmuró suavemente.

El contraste entre su suave voz y su expresión indiferente le recordó a él mismo junto a Jaemin. Ambos tan distintos, siento unidos solamente por compartir el mismo cuerpo. Suspiró.

Él nunca quiso vivir así.

— ¿Cómo sabes quién soy? — respondió frunciendo el ceño y analizando todas las posibilidades que podían ocurrir. Pensó con horror en que el chico podría ser un sicario contratado por Jaemin.

Escuchó una risita por parte del contrario, y Jeno lo miró con intriga. El chico sonrió, y al hacerlo, parecía como si su sonrisa iluminara el lugar.

— No te mataré o algo así, por si estás pensando eso.

— Y-yo, uhm... ¿Cómo sabes? — preguntó con sorpresa, sintiéndose amenazado.

— Eres predecible. Sé que ante cualquier problema piensas en el peor de los casos. — Renjun se levantó y se estiró. El único sonido que se escuchó en la habitación fueron sus suspiros de alivio junto con el crujido de sus huesos.

Jeno abrió la boca para protestar, pero se dio cuenta de que tenía razón. De hecho, Jaemin solía describirlo frente a sus amigos como "un maldito frívolo calculador", y aunque éste creyera que no podía escucharlo, la verdad es que Jeno podía sentir lo que decía.

— No soy tan así... — murmuró mirándolo desde el suelo, frunciendo el ceño.

— Sí, lo eres. Y deja de hacer eso, te saldrán arrugas. — Renjun se acercó y se agachó frente a él para pasar su dedo por su frente.

La acción hizo que Jeno, sorprendido por el acercamiento repentino, apartara la mirada y cambiara su expresión a una levemente avergonzada. Sintió las manos de Renjun subir a su cabello y mantenerlas ahí.

ARE U IN LOVE WITH A MONSTER? | Stray Kids. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora