Changbin.

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Toda historia tiene un inicio.

La de Jisung empezó en el amplio océano, junto a los peces curiosos y sus padres, que prepararon una preciosa ceremonia marina para esperar su llegada al mundo. La de Chan, durante una noche tormentosa, en el mismo laboratorio donde el monstruo de Frankenstein y Frankie conocieron la vida. Ésta última esperaba ansiosa que funcionara la creación que había intentado hacer por tanto tiempo.

La de Changbin, en cambio, comenzó de una forma bastante deprimente.

Hace diecisiete años, durante una lluviosa noche, una loba amante de la moda salía de su trabajo cuando escuchó el llanto desconsolado de un bebé en la lejanía. Su oído la llevó a una calle sin salida, donde lo único que encontró fue una caja que, cuando se acercó a ver, contenía un bebé de apenas unos meses.

Era evidente que había sido abandonado en esa solitaria calle de la sociedad licántropa para que aguardara su destino, la muerte. ¿Y él qué más iba a poder hacer? Era un pequeño sin completa conciencia ni voz, no sabía qué era lo que ocurría, pero sí sentía la ausencia de sus padres y la falta de su calidez.

La loba, impactada, no pudo ignorar tal atrocidad y, en un acto impulsivo, lo tomó entre sus brazos. El bebé, sintiendo su calidez, se acercó a su cuerpo y ella sonrió, decidiendo llevárselo a casa, aceptando casi inconscientemente la responsabilidad de ser madre.

A pesar de que su acto era muy noble, muchos dijeron que no era capaz, que una preciosa soltera como ella desperdiciaba su vida, o que fue una estupidez tomar a un huérfano y criarlo, entre otros comentarios que la gente dice porque sí.

Pero ella siempre fue una mujer fuerte e, ignorando a los demás, realizó los temas legales con ayuda de su gran amiga, Draculaura, y cuando todo estuvo correcto, crió al cachorro con amor y paciencia, enseñándole tantas cosas que Changbin se volvió un chico sabio y prudente, aunque también bastante tímido.

Y al llegar al colegio, los curiosos monstruos que se acercaron a él llevaron consigo variados comentarios acerca de su cuerpo, de su comportamiento y de su personalidad.

"¿Por qué hablas tan poco?"
"Tus orejas son extrañas."
"¿De verdad ella es tu madre? No se parecen en nada."
"No sonrías así, das miedo."

Changbin comenzó a crecer, aumentando una gran inseguridad y desconfianza. Queriendo que aquellos comentarios terminaran, dejó de sonreír, intentó ejercitarse más, ocultó sus orejas y se alejó de su madre, sin enterarse que, a la vez, también abandonaba su identidad.

Los monstruos a su alrededor lo volvieron así y el odiaba serlo.

Se odiaba.

Pero, al cambiar, en lugar de que aquellos monstruos quisieran ser sus amigos, éstos se fueron distanciando más y más de él. Lo encontraban tenebroso, lo encontraban extraño, nadie quería estar con un rarito.

Y Changbin quedó solo.

Por suerte para él, el tiempo avanzó, trayendo a su vida a Chan y a Jisung. Más tarde, gracias a Jeongin, a su cerrado círculo social también entró Felix, el chico máquina con una brillante personalidad y fuerte deseo de conocer todo acerca de Changbin.

Entonces no supo cómo reaccionar cuando alguien se había interesado tanto en él. Felix iba a un ritmo tan rápido, era tan confianzudo, tan energético. Y Changbin realmente quería ser cercano, pero su lado racional le decía que era peligroso, que no confiara sólo porque ese chico lo trataba bien.

"Si tus propios padres fueron capaces de abandonarte cuando eras un bebé, ¿Qué otras atrocidades te podrían hacer los demás? En especial, gente como él."

ARE U IN LOVE WITH A MONSTER? | Stray Kids. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora