Capítulo 43

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El doctor tomó una pila de ficheros situados en la mesa, en los cuales cada uno tenía el nombre de un persona diferente. —Por lo general, los más débiles me pagan con suministros y material quirúrgico, los más fuertes hacen de escolta o buscan pacientes que necesiten de mis servicios, pero usted señor Gluskin...— Decía mientras buscaba entre todas esas carpetas una en concreto —...Es un caso especial. Necesito que busque a un paciente en concreto y me lo traiga.— Abrió el fichero y se lo mostró a Eddie. Este pudo ver entre varios papeles la foto de un chico joven de cabello castaño —Debes traerme a este chico—

—Billy Hope— Pronunció en alto el novio al leer el nombre. Aquello sorprendió a Waylon, ya que sabía perfectamente quien era, y lo peligroso que es. Pero fue precavido, prefiriendo no decir nada al respecto o mostrar sorpresa. Por desgracia Dolly no pensó lo mismo y comenzó a alzar la voz.

—¡¿Billy?! ¡¿Billy está vivo?! ¡¿Donde está?!— Preguntaba angustiado y se levantó del asiento para correr hacia el doctor y arrebatarle los documentos, pero nada mas ponerse en pie, el hombre que lo vigilaba lo agarró con violencia del brazo, provocando así un quejido de dolor por parte del menor.

—¡¡Suelta a mi hija!!— Se levantó furioso el novio junto a Waylon, quien estaba alerta de lo que pudiera pasar. Eddie por instinto se llevó la mano al bolsillo trasero, y recordó frustrado que ya no poseía un arma.

—Cálmese señor Gluskin y siéntese— Ordenó Trager tranquilo.

—¡Tú! ¡Dile que suelte a mi hija!— Se abalanzó con intenciones de ahorcarlo, pero Trager se apartó rápido de la mesa y soltó una risa.

—Yo que tú no haría eso, amigo. Eso pondría nervioso a mi ayudante. ¿Quieres  que se ponga nervioso?— Acto seguido miraron al ayudante, quien ahora sostenía con un brazo el cuello de Dolly quien apenas podía respirar y con sus manos trataba en vano de liberarse.

—¡Hijo de

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—¡Hijo de...!—

—Tranquilo Eddie— Waylon trató de razonar, sabía que si no hacía algo, todos acabarías muertos a manos de ese bruto y a saber cuántos más. —Si haces alguna tontería, ellos podrían lastimar a Jack—

—Grr...— El novio gruñó de la impotencia de ver que no podía hacer nada para salvar a su hija.

—Mucho mejor— Dijo Trager con una sonrisa. —Parece que el rubio es el sensato de la relación— Comentó con afán de hacer burla al informático. —Pero no nos desviemos del tema. Billy se encuentra en los laboratorios que hay en el subterráneo, encerrado en un campo morfogenetico. Traelo aquí y saldarás tu deuda, así tú, tu novia y tu preciosa hijita podrán irse.— En ese momento entraron cuatro hombres fornidos que agarraron de los brazos a Eddie. —Justo a tiempo, chicos.—  Mencionó el doctor a esos hombres.

—¡Suéltenme!— Gritó el novio.

—Mis pacientes te escoltarán hasta el ascensor, tienes hasta mañana a esta misma hora para venir con Billy. O si no...— Se acercó a Eddie, se puso las manos a la espalda y con una sonrisa inquietante dijo con una diversión maliciosa. —Tu novia y tu hija serán mis juguetes. Deberías haber visto a tu preciosa Dolly la primera vez que vino aquí. Lloraba y suplicaba mientras extraía su linda naricita. Nunca olvidaré como chillaba mientras cortaba su piel, la separaba de los músculos y la volvía a coser. Era... Muy divertido.— Comenzó a reír mientras Eddie gritaba colérico y luchaba con todas sus fuerzas para salir del agarre.

—¡¡Te mataré!!—

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—¡¡Te mataré!!—

—Llévenselo ya, soy un hombre muy ocupado y aún tengo mucho trabajo por hoy— Ordenó con desdén mientras volvía a sentarse y ordenaba tranquilo las carpetas. Y de inmediato sus ayudantes se llevaron a rastras a Eddie mientras esté soltaba gritos desgarradores de odio y furia.

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