Siempre había deseado ser padre, demostrar ser uno mejor que el que él tuvo.
De algún modo esa cosa remendada parece guardarle un gran cariño y seguirlo a todas partes, tendrá que perderlo de vista.
Excepto Jack y Dolly, el resto de personajes pert...
Waylon escuchaba aquella reconciliación desde su escondite. Podía reconocer perfectamente aquella voz. "Es el loco del moño. No... Él debe ser el novio." Recordando aquella nota sobre hacerse una novia, la cual había olvidado hasta ahora debido a que tenía otras preocupaciones en la cabeza. "¿Entonces? ¿Ese tipo es “El novio”?"
Tendría todo el sentido que así fuese, lo único que no le encajaba era la delicadeza que estaba mostrando con Dolly. Definitivamente luego de escuchar aquella conversación pudo corroborar que el paciente más joven era manso, incluso bastante ingenuo. Aunque aún tenía dudas de si podía confiar en él, o lo traicionaría e iría a contarle a su padre. Quizás si se ganaba un poco más su confianza, le ayudaría a salir de aquí.
***
—Papá ¿Que querías decir antes con que nos iríamos de aquí?— Preguntó el menor.
—Nos iremos de este lugar, Dolly. Iremos al exterior a un lugar más seguro.— Acariciando su cabeza de manera gentil. —Vamos a vestirte y nos iremos de inmediato.— Miró hacía arriba —Este lugar... Solo nos ha lastimado.— Volvió a fijar sus ojos en su hija y por un momento guardó silencio y abrió sus fosas nasales, como si hubiese captado un olor.
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—¿Ocurre algo, papá?— Preguntó extrañado el más bajo.
—Nada, corazón. Acabo de recordar que antes de partir, debería llevar algunas provisiones.— Besó su frente. —Tardaré bastante ¿Podrás vestirte tú sola?—
—Vale, papá...— Respondió bajito.
El mayor salió de la habitación y cerró con llave. El menor acto seguido alzó la vista al ducto y avisó. —Ya puedes salir, Waylon.— Sin esperar a que saliera, fue a la estantería que usaba para dejar su ropa y tomó lo que parecía una muda limpia de ropa interior.
***
El ingeniero bajó del conducto y pudo ver al chico en ropa interior femenina y abrocharse una camisa. Fue entonces que se dió cuenta que en la estantería lo que había era un vestido o una falda. "El camisón tenía un pase ¡¿Pero esto?! ¡Maldito Gluskin! ¡¿No le da vergüenza hacerle poner a un chico ropa de chica, con sujetador incluido?! ¡Encima el chico parece discapacitado! ¡Hijo de...!"
—¿Estás bien, Waylon?— Preguntó curioso el menor al ver una expresión molesta en el mayor.
El mayor soltó un suspiro resignado —Si...—
—Waylon...—
—¿Si?—
—¿Como puedes ser chino y rubio a la vez?— Preguntó con inocencia.
Al adulto se le trabó la lengua ante aquella pregunta tan fuera de lugar. —¡¿Qu-que?!— Se aclaró la garganta y respondió severo. —¿No te ha enseñado tu padre que está feo hacer esa clase de preguntas?—
—¡Lo siento! Es que... es que nunca vi uno. Es raro y es genial.— Se excusó nervioso.
Al ver como el chico mostraba su expresión de cachoro arrepentido soltó un gran suspiro. —No importa.— Observó entonces como este había abotonado mal su camisa, tal como lo haría un niño pequeño. —Déjame que te ponga bien la camisa.—
