Capitulo 05

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Había recorrido durante horas, de hecho, se había alejado del territorio de su padre, incluso los pasillos empezaban a tornar un decorado y aspecto más nuevo y entero. Apenas había encontrado telas de un par de cadáveres, parecía que su papá ya se había hecho con todas las telas cercanas. Observó las cortinas, blancas y finas, perfectas para los vestidos de novia que había visto en lo que ahora era su hogar. De hecho, se le vino la idea de usar una de esas cortinas a modo de saco y llevar mayor cantidad de material. "Seguro que papá se pondrá contento" Pensó animado.
De este modo fue agarrando todo lo que pensaba que podría servir, recorriendo el pasillo de lo que parecía la sala principal del edificio, encontrando una puerta que le llamó la atención, donde tenía escrito "Vestuarios femeninos. Solo permitido al personal autorizado"

Viendo el territorio del mayor no tardó mucho en darse cuenta de que en aquellos vestuarios podría encontrar algo que le podría agradar. Al entrar se encontró varias taquillas que no tardó en abrir con un destornillador que utilizó de palanca, cosa que no le supuso mucho trabajo al ser de calidad dudosa aquellas puertas. En su interior pudo encontrar bastantes cosas que las ex empleadas habían dejado cuando tuvieron que ser despedidas y desalojadas de inmediato.

Agarró un tarro de perfume y lo roció en el aire, complacido del olor que desprendía. -Perfecto- Se dijo a sí mismo mientras lo guardaba en el saco improvisado. -Ummm... Tortitas die... Te... Ticas- Leía despacio con una expresión de incredulidad, como si le costase trabajo leer. -Nah...- Lanzándolo por encima de su hombro lo más lejos que pudo. -¡Esto si! ¡Y esto! ¡Esto también! ¡Papá se pondrá, muy, muy contento!-

***

Había vuelto al territorio, donde encontró a su padre en la mesa de operaciones cosiendo unos pechos a un cuerpo inerte y a un lado en el suelo unos papeles hechos cenizas. -Ya has vuelto...- Se volteó mientras limpiaba sus manos con un trapo de por más manchado de sangre.

-¡Hola, papá!- Saludó enérgico el menor para luego ver extrañado aquel montón de cenizas. Eddie fue rápido y contestó antes de que el joven pudiese preguntar. -Tenías razón, solo eran facturas-

-¡¿Ah, si?!- Preguntó curioso por haber acertado.

-Si, facturas viejas... Y cuantiosas...- Se atrevió a decir, dando por hecho que el chico no entendería el doble sentido, y así fue, ya que tan pronto respondió, el chico dirigió su atención al cadáver y volvió con otra pregunta.

-Papá... Desde ayer quería saber una cosa.- Se acercó al cuerpo, mirando con curiosidad, como si esperase que de pronto abriera lo ojos. -¿Por qué les pones tetas y...-

-"Senos", hija. No hables tan vulgar- Corrigió de inmediato en un tono tajante.

-Senos- Repitió, como si así corrigiera la palabra dicha por el mismo.

El mayor suspiró rendido -Escucha... Es complicado de...-

-¡¿Me llamaste "hijo", papá?!- Interrumpió al darse cuenta de cómo lo había llamado. Su expresión se iluminó como una mañana de verano.

El novio agradeció ser interrumpido, ya que se le hacía incómodo hablar del tema con el menor, pero por otro lado no le gustaba que lo interrumpiera así, debía respetarle y obedecerle. Así que molesto se acercó mucho al más bajo y puso un rostro severo. -Que sea la última vez que me interrumpes ¿Queda claro?-

-Si, papá...- Agachó la cabeza arrepentido. -Es que me hizo muy feliz...-

-Esta bien, ahora, quítate esa ropa holgada- Aquello pareció extrañar al menor, quien estaba por replicar, pero al ver el rostro severo del mayor tan solo obedeció. -Solo déjate el calzado- Ordenó al ver que ya se había quitado la camisa y dejado en el suelo junto al saco.

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