Capítulo 39

245 27 10
                                    

El rubio hacía rato que dejó de estar asustado a estar arto de los gritos y forcejeos del novio por soltarse. De hecho, rodó los ojos al ver que el más grande de tanto que luchaba por liberarse, había abierto la herida de nuevo y volvía a sangrar. —¡¿Podrías por favor, callarte?! ¡Yo también quiero escapar! ¡¿Sabes?!— Miró a su alrededor no solo para distraer su mente de aquellos gritos, si no para ver si tenía algo que pudiera ayudarlo a escapar. Pero más allá de lo que tenía cerca, no era capaz de ver más que siluetas de otras camillas esparcidas por la habitación a causa de la poca iluminación. Ni siquiera podía distinguir si en ella había otros pacientes.

—¡Callate! ¡¿Como te atreves a cuestionar como educo a mi hija?! ¡¿Acaso querías romper mi familia?! Dolly... Mi pequeña... Nunca me había levantado la voz de esa forma. ¡Eres fea y mala como todas las demás!—

—Y vuelta a empezar...— Soltó un gran suspiro. —Soy un hombre, Jack es un hombre ¡Todos en este maldito infierno son hombres!—

—¿Y que si lo es?— Aquella pregunta sorprendió en demasía a Waylon, que rápido miró a Eddie con los ojos abiertos como platos.

—¿Qué? ¿Me estás diciendo que tú todo este tiempo...? ¡¿Lo sabías?!—

—Por supuesto que lo sé. Se llamaba Jack Taylor, y fue un niño desdichado. Fue arrebatado de los brazos de su verdadera madre cuando era solo un bebé. Esa... Perra...— Escupía aquellas palabras con rabia —Intoxicada con cualquier porquería que pudiese pagar. Fue un milagro que no perdiera a ese precioso querubín cuando aún crecía en aquel tembló de la vida...— Parecía que al poder contar al fin aquella información que se había guardado solo para él, lograba calmarlo. —Fue adoptado por un matrimonio... Ellos... Tenían altas expectativas... Un niño perfecto... Pero no supieron ver que en verdad si tenían un hijo perfecto...— A medida que hablaba, su tono se cargaba más de dolor. —Como no podían devolverlo al orfanato por ser demasiado mayor, decidieron... Dejarlo en un centro de salud mental... Inventaron incluso algunos trastornos para asegurarse de que no saldría. Lleva sin un hogar desde los trece años, y sin el amor de un padre y una madre desde que nació. Ahora es mi hija, y es feliz. ¿Que importa que fue antaño? Dolly Gluskin es feliz, y tiene un padre que la quiere...—

—Ese es el problema— Replicó molesto el informático —Jack me dijo algo parecido. Creo que acepta el rol de mujer porque teme que lo rechaces si es un hombre. ¡Por Dios, Eddie! Dices que ya era perfecto, pero lo conviertes en algo que no es. Si de verdad te importase, dejarías que fuese él mismo.— Esperaba que le gritase de nuevo, pero se extrañó al ver que permanecía callado, y no podía deducir si estaba consciente o no, ya que tenía el rostro mirando para el lado contrario. —¿Eddie?—

Justo en ese momento las puertas se abrieron para dar paso a Trager quien llevaba a Dolly en la silla de ruedas, solo que ahora no llevaba las correas puestas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Justo en ese momento las puertas se abrieron para dar paso a Trager quien llevaba a Dolly en la silla de ruedas, solo que ahora no llevaba las correas puestas. —¡Papa!— Gritó el menor al ver a su padre sangrando de nuevo, y de un salto se levantó de la silla y corrió hacia su padre.

—¡¿Dolly?!— Dirigió su mirada a su hija todo lo que aquella posición le permitía. —¡¿Estas bien?!— Preguntó preocupado.

—Si, estoy bien. Pero tú... Papá...—

El doctor chasqueó tres veces la lengua en negación a la vez que novia leve la cabeza de un lado a otro. —Eres un paciente pésimo, amigo. Voy a tener que coserte los puntos de nuevo—

***
NOTAS FINALES

1. Tenía planeado hacer más ustraciones, pero al final solo me dio tiempo hacer una.

2. Las camillas son tan distintas a las de la ilustración del capítulo anterior, ya que cometí el error de no mirar cómo eran las camillas en el juego. Esta vez sí están más cercanas a cómo lucen en verdad.

3. La posición de Dolly en la silla de ruedas recuerda a una muñeca. En referencia a su nombre

4. No se si ya lo había mencionado, pero aunque en un inicio no iba con esa intención, en el fanfic se hace referencia a la disforia de género.
¡Ojo! Hace referencia, no es que Dolly tenga disforia de género.
Dolly se identifica como un chico, y con el nombre de Jack. Pero su padre está obcecado con que es una chica, lo viste como tal y le llama Dolly sin importarle lo que quiere su hijo, aún sabiendo que no es mujer. Básicamente lo que le pasa a muchos padres que no quieren aceptar que su hijo o hija es transexual.

Dolly o Jack, tiene deficiencia mental, por eso actúa como si fuera pequeño, por lo que sumado a querer agradar a su padre trata de aceptar su rol, pero con el tiempo lo llevaría peor.

Ok, lo siento por este monologo, pero quería compartir con mis lectores está información. Espero que os guste este capítulo. ❤️

Doll(y)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora